Con la nariz helada, las orejas frías, las manos entrelazadas o en los bolsillos, pero con una taza de café, una fogata y varios calentones, el público duranguense pudo apreciar a una guapa y talentosa jazzista mexicana: Dannah Garay, quien anoche intentó calentar al menos el corazón de los asistentes a la Plaza de Armas que albergó el concierto en homenaje a Nat King Cole y otros compositores del género.
Esta vez el Festival de la Ciudad Ricardo Castro se fundió en el piano y la batería de contratiempos, el bajo rítmico y la guitarra armónica, que fueron los instrumentos cómplices de una voz hermosa, que hace armonía con una linda figura, la de Dannah Garay, quien salió bien abrigada, de blanco y negro, de bufanda y con un saco claro que contrastó con su pantalón y botas negras, además de su cabello que descansaba sobre sus hombros en una composición que con las luces del show se fundían en una ceremonia del jazz con su diosa.
Y es que Alejandro Mercado (piano), Alberto Medina (guitarra), Jaime Ferrada (contrabajo) y Alex Kauts (batería), saben cómo acompañar a Dannah, quien no deja tampoco de halagarlos y pedir ovaciones para ellos en sus interpretaciones.
De las canciones
El repertorio estuvo compuesto por los siguientes temas: 'Check to check', 'Almost like being in love', 'Early', 'Straighten up and fly right', de Nat King Cole; 'Smile' de Charles Chapli; 'Blackbird' de los Beatles; 'Deed i do', 'I mean you', de Thelonious Monk y 'Black coffee', 'At last', 'Save your love' y 'Just one of those'.
Del público
A pesar del frío y gracias al café que el Instituto Municipal del Arte y la Cultura ofreció, la gente se portó a la altura, incluso se pudo ver a niños, que extrañados por el ritmo preguntaban a sus padres sobre esta música.
El Festival está en su ecuador apenas, aún queda mucho por disfrutar, pero por lo pronto, gracias Dannah por una buena noche de jazz.