Nos encontramos alrededor de muchas pasarelas que nos están presentando la ropa de caballero otoño 2011.
Desde al año pasado no puedo alejarme de mis piezas de sastrería, ni de mis zapatos oxford color beige.
Es por esto que disfruto aún mas los desfiles de moda para caballero, así que empezamos con mi favorito de la semana: Jil Sander.
De la misma manera en que su colección de mujer primavera 2011 me dejo enamorada a primera vista, paso lo mismo con la de hombre.
Tomando casi el mismo camino en cuanto a la gama de colores sin cambiar la silueta masculina, presento piezas de medidas exactas que parecían envolver los cuerpos de una forma perfecta sin pasarse ni un centímetro de largo o ancho.
Sastrería, sweaters de botones y cuello alto, camisetas, gabardinas, abrigos y chaquetas desfilaban acompañados de increíbles tonalidades en cada uno de los outfits.
Algunos eran de un solo color de pies a cabeza, en otros resaltaba un color vivo acompañado de tonos sobrios y otros simplemente eran la combinación perfecta de diferentes colores creando una misma sintonía.
La manera en que Raf Simons (director creativo de Jil Sander) maneja los colores, es una de las cosas más importantes y extraordinarias de esta firma.
En mi punto de vista, estos elementos son los que hacen interesante el estilo de los hombres, para aquellos que se encuentran cómodos con las siluetas básicas y las piezas conservadoras. Este tipo de marcas son las que te pueden ayudar a darle un giro a tu armario y no aburrirte de lo clásico.
Al ver cada una de las fotos me doy cuenta de una sobriedad atrayente e irónica.
El uso de colores fuertes acompañados de otros neutros, nos permiten relajar los ojos y percibir una gran armonía en toda la colección.
La elegancia, apariencia intacta y masculinidad se transmite a través de los outfits que llevan un solo matiz.
La simpleza, pureza y la utilización de textiles específicos fueron la determinación del resultado de una colección admirablemente natural.
Gabriela López
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