Cuenta la leyenda popular acerca de este santo que muchos afirman, es uno de los más milagrosos, hace muchos lustros, cuando el "Señor de los Guerreros" empezaba a cobrar fama por esos lares, no se sabe quién pero trataron de reubicarlo o robárselo, en el primer intento, los ladrones no calcularon el peso y las medidas, así que lo dejaron en la puerta y la población se encargó de protegerlo por un tiempo.
Después, todo quedó en el olvido, los interesados en llevárselo esperaron un tiempo prudente para tratar de completar su maldad, en esta ocasión sí se lo llevaron, el pueblo y sus alrededores estaban desesperados, les habían robado el motivo de su fe, se acercaba el primer viernes de marzo y la capilla no abría las puertas, ¿para qué? se decían unos a otros, el desanimo entre los pobladores del Tizonazo era evidente, los pocos visitantes que llegaban les decían que no iba haber festividades por que se habían robado al "Señor de los Guerreros", uno de los niños que ayudaba siempre en los quehaceres de la Iglesia ya fuera de monaguillo o de mandadero, se asomó por una de las ventanas, ayudado por varios de sus amigos y una vieja escalera, lo que vieron sus ojos sólo podía ser un milagro, el "Señor de los Guerreros", ¡estaba en su lugar!
Salió corriendo hacia donde estaba la gente en el patio de la Iglesia, ¡Ahí esta adentro, ahí esta adentro! gritaba y lloraba a la vez, la gente no entendía nada de lo que el chiquillo decía, "ahí esta adentro nuestro "Señor de los Guerreros", no pudo mas y cayó desmayado, la gente buscaba la forma de asomarse por las rendijas de la antigua puerta, otros acercaron escaleras a las ventanas para asomarse, el "Señor de los Guerreros" estaba exactamente en su mismo lugar, la gente caía de rodillas, lloraban, gritaban, nadie entendía nada, alguien atinó en mandar traer al sacerdote de Indé, que es la cabecera municipal de donde depende El Tizonazo, cuando llegó, la gente gritaba a su paso, ¡ahí esta adentro, ahí esta adentro!, cuando el sacerdote abrió la puerta cayó de rodillas gritando, ¡milagro, milagro!
Así como ésta, son muchas las historias y leyendas que se cuentan de este santo, cada año, el primer viernes de marzo miles y miles de peregrinos de toda la República Mexicana y de la Unión Americana llegan para agradecer algún milagro o para pedir la intersección de este santo para que se les conceda algún favor, han sido los últimos años en que se ha visto una gran reducción de visitantes por la situación actual de nuestro amado México, es una tradición que se respeta pero reafirma que cuando un Gobierno no cumple su cometido de ofrecer tranquilidad a su población, hasta la fe se pierde.
Hace ya muchas lunas que fuí con un amigo a visitar este pueblo y aún conservo los bellos recuerdos de los colores de su fiesta, el brillo en los ojos de la gente, el amor que le expresan al de casa como al extraño, son postales que quedan grabadas para siempre, "llámoles" retratos del alma, es el Tizonazo, Durango, uno de esos lugares que los visitas por primera vez y te atrapan para siempre, es mi amigo, uno de los miles que llevan en honor al santo, su nombre, Guerrero, el fue quien me platicó esta leyenda popular, a él se la platicaba su mama Doña Tina.
Las tradiciones y costumbres son las que nos identifican como mexicanos, son hermosas, que no sea el olvido y la apatía quienes nos arranquen lo que nos pertenece, que nuestros hijos un día platiquen a sus hijos el origen de sus raíces. Hey Burro, ¿qué te pareció la leyenda del "Señor de los Guerreros"? aaahhhiiii, aaahhhiiii, aaaaahhiii, ....¡No mugre Burro!, como que eres ateo gracias a Dios, no'mas por que hoy no te puedo decir malas palabras Burro, pero vas a ver.