TIJUANA. Carlos Fernando Vázquez aparece y desaparece. A veces es Carolina, aunque su corpulencia y el bigotito cortado no dejan lugar a dudas de quién es.
Lo mismo se le ve en Estados Unidos que en México. Ha estado en manos de las autoridades, implicado presuntamente en ilícitos graves, como el trasiego de drogas. Pero siempre desaparece, sin dejar rastro.
No tendría nada de particular, salvo el hecho de que es "testigo protegido" de Estados Unidos y fue el testimonio estrella de una acusación por homicidio en contra del empresario y político Jorge Hank Rohn.
Heredero de apellido de abolengo político en el país, Hank ha estado varias veces en prisión. Por tráfico de especies animales, por acusaciones de asesinato... Pero siempre sale bien librado, lo que ha propiciado hasta enojos presidenciales.
A principios de junio de 2011, soldados ingresaron a la casa de Hank Rohn, según por una denuncia anónima de que había hombres armados. Hallaron 88 armas, algunas de grueso calibre, pero el priísta quedó libre.
Semanas después, Calderón reconoció, molesto, que hubo errores y aplicó correctivos porque no le avisaron al momento lo que ocurría en la casa del empresario tijuanense.
"El hecho es que, independientemente de la forma de detención, hay ahí un delito: armas de uso exclusivo del Ejército. Como bien dijo la subprocuradora (Patricia Bugarín) 'y ahora qué hago con todos los fusiles', de quién son, hasta con nombre están algunos. Y no sólo eso, don Javier, dos de esas armas pegan, así se dice en la jerga, con dos homicidios", dijo Calderón.
"Aquí la tontería, digamos, es que 'qué torpeza del gobierno'", asentó el Presidente el 23 de junio de 2011.
Primer vínculo. Según la averiguación previa 5640/09/206, Carolina declaró que entre 2006 y 2010 vio cómo mataron a dos hombres y cuatro mujeres, e implicó a Hank.
Segundo vínculo. El 24 de junio de 2011, El procurador Rommel Moreno Manjarrez informó en rueda de prensa que Hank seguiría preso, tras su reclusión en el penal de máxima seguridad El Hongo, por el delito de acopio de armas.
Moreno Manjarrez informó entonces de un "testigo protegido" y que le decretaban arraigo a Jorge Hank Rohn por el presunto asesinato de Angélica Muñoz, ex pareja sentimental de uno de sus hijos. Justo en ese momento, Hank salía y respiraba el aire fresco de la calle.
Y Carolina se esfumó.
El 27 de octubre pasado se activaron las alertas en Mexicali. Ulular de sirenas en las calles. Detienen a presuntos infractores. Uno de ellos conducía una camioneta Durango, con blindaje de resistencia a balas de alto calibre. Era Carolina. El lujoso vehículo, según el reporte policial, tiene reporte de robo.
El comunicado de la Secretaría de Seguridad Pública estatal rezaba textualmente: "En el Hotel Regis, ubicado sobre el bulevar Benito Juárez, se estaba llevando (sic) un intercambio de droga por un comando armado, encontrándose en el lugar una camioneta Durango, blindada".
El vehículo, según la base de datos del Centro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo (C4), tenía reporte de robo en la ciudad de Tijuana con fecha 24 de julio de 2011.
El gobernador panista Guadalupe Osuna Millán dijo el domingo que no tiene pormenores del caso. "Me queda claro que todo este asunto tendrá que responderse desde la perspectiva que de alguna forma protegieron (a Carolina), pero es la federación la que está trabajando en este sentido", esgrimió el procurador.
Los cercanos a Jorge Hank Rohn consideran que el asunto es político, porque el ex alcalde de Tijuana no ha cerrado la puerta a la posibilidad de ser candidato a gobernador de Baja California el próximo año.
"Los abogados lo están viendo y ¡todavía no acaban de entender y de explicarlo!", declaró sonriente Hank Rhon.
Y Carolina se ha esfumado otra vez.