El respeto se gana, pero los seis regidores faltistas de Nombre de Dios se ganaron el repudio y el desprecio de la gente, hasta calificarlos de mercenarios y vividores, porque en lugar de trabajar al servicio de quienes los eligieron con su voto, se dedican a politizar las acciones de la alcaldesa Nancy Vásquez Luna, al no ceder en sus exigencias económicas.
Todo estaba preparado para la sesión solemne de Cabildo, donde la edil rendiría su segundo Informe de Gobierno, pero ante la falta de quórum por la ausencia de los regidores del PT, Gerardo Vargas y Juan Orozco Tinoco; del PRI, Luciano García, Bertha Alicia Martínez e Ignacio González, así como del PD, Joaquín Ceballos, se suspendió y, por lo mismo, les sobraron adjetivos de parte del populacho.
Desde el inicio de la administración se presentaron los problemas de rebelión de parte de algunos regidores contra la Alcaldesa por no autorizarles aumentos económicos. Estos funcionarios esperan cualquier oportunidad para llenarse los bolsillos. Se comenta que durante el tiempo que solicitó Vásquez Luna para participar como candidata del PAN a diputada por el III Distrito, los regidores se autorizaron dos mil pesos a sus salarios, sin ver las necesidades del municipio.
Actualmente ganan aproximadamente 10 mil pesos mensuales, además de 12 vales de gasolina diarios, viáticos cada vez que salen a la ciudad de Durango u otro lugar; en términos globales, entre los nueve regidores se erogan 300 mil pesos mensuales, o sea, el 30 por ciento de la nómina, que es igual a un millón de pesos.
La participación mensual de este municipio es de 1.2 a 1.3 millones de pesos; con las exigencias de algunos regidores no queda mucho para realizar obras y servicios que el pueblo reclama.
El miércoles se dejaron escuchar manifestaciones contra estos regidores, que se olvidan de sus obligaciones; les da lo mismo ir o no a las sesiones de Cabildo y más cuando se trata de boicotear un informe, sin antes agotar el diálogo; con experiencia saben politizar las acciones para justificar sus posturas, aunque el fondo de todo el problema es el dinero, tal como ha ocurrido en otros trienios de este municipio. Tal vez ya se hizo una costumbre y agarraron el modo de obtener mejores estipendios.
Nombre de Dios no merece la irresponsabilidad de algunos regidores, y mucho menos en este año en que celebra el jubileo de los 450 años de fundación, año significativo que debe ser honrado y recordado en el mejor de los escenarios por cada uno de sus ciudadanos.
Por otro lado, los diputados deben legislar, poner freno a quienes, sin medida, se aumentan el salario, incluyéndose ellos, aun sin trabajar, así como expulsar a los regidores o funcionarios en general que incumplen en las tareas encomendadas.
En fin, la sesión solemne de Cabildo en el primer municipio de Durango no se realizó, pero Vásquez Luna, a pesar de todo, con culpas o no, sí rindió el informe al pueblo asistente al auditorio de Las Alamedas, con la asistencia de los regidores del PAN, Síndico y demás funcionarios, así como diputados, el Alcalde de San Juan del Río, representantes de Canatlán, Poanas y Pánuco de Coronado, así como Juan Francisco Gutiérrez Fragoso, titular de Desarrollo Económico, con la representación del Gobernador, quien no solamente reconoció la labor de Vásquez Luna, sino le ofreció el apoyo para mejorar las condiciones de vida en este lugar.
Vásquez Luna comenta que aguanta el golpeteo y está dispuesta a disminuir la nómina para poder hacer más obras en el último año del trienio, lo cual es un hecho que incomodará a los regidores faltistas a la sesión solemne de Cabildo, pues en lugar de esperar un aumento su cheque será menor; todo depende de los números y criterios que se aplicarán en estos días. Que la mano de Dios no deje a este municipio.
En torno a la reforma electoral, Darío Medina Reyes, presidente municipal de Nazas, y Arturo Ramos Betancourt, de Peñón Blanco, consideran atinados primeros pasos en este tema, en primer lugar porque serán menos gastos al disminuir los días de campaña y estarán en menos desventaja con los partidos fuertes, ya que entre más días más dinero, y eso para las fracciones políticas débiles en cuanto a presupuesto resulta contraproducente.
Por otro lado, coinciden en la disminución de consejeros del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana; no hay necesidad de tanta gente para el trabajo que desarrollan.