Regresamos a Durango muy contentos del éxito del viaje [de la cuevita del Obispo Zubiría] cuando allí, mi querido amigo el Dr. Miguel Vallebueno y Garcinava nos tenía la grata noticia de que con motivo de los arreglos que se estaban haciendo en la cripta que está debajo del altar mayor, el Arzobispo Ilmo. Don Héctor González Martínez, había autorizado que se abriera la gaveta donde se encuentra el cuerpo del Obispo y aprovechando que estábamos reunidos algunos miembros de la familia, nos la abrirían el lunes por la tarde. Al día siguiente, lunes 29 de octubre del 2007, aproximadamente a las 5 de la tarde, empezaron a bajar a la cripta por una escalera situada en el costado derecho del altar mayor. Ya abajo, llegamos ante la gaveta que tenía un costado de concreto a la altura de nuestra vista. Y con la presencia del Padre Alberto Villalobos, Canciller directo del Ilmo. Sr. Arzobispo, el Padre Francisco Cortés, archivólogo de la Arquidiócesis de Durango, el Padre Jesús Manuel Pérez, el Padre Carlos Rivero Pérez, Miguel Vallebueno Garcinava, Miguel Zubiría Estrada Berg, el Arquitecto Javier Mayagoitia dio la orden de empezar, llegaron dos albañiles y despegaron el costado de donde estaba pegado y apareció el Obispo, completo, ya un poco momificado pero completo, después de casi 143 años de haberlo traído a la Catedral. Está comprobado que de 1930 a 1938 tuvieron al Obispo sentado en una silla, pues su cuerpo se hallaba flexible todavía y que su lengua se veía rosa y la piel blanca. Fueron también testigos: Juan Zubiría Estrada Berg, Yolanda Araujo Zubiría de Lombard, Luis Zubiría Cornejo, Marina Saravia de Saravia, Buenaventura Saravia Saravia, Gaby Cossío de Saravia, Javier Saravia Saravia, Rosi de la Torre de Saravia, José María Saravia Saravia, Paulina Saravia Saravia, Ricarda Salcido de Zubiría, Adriana Zubiría Salcido de Porras, Juan Leija Zavala, Lorena Morán Cruz. Dentro de la cripta están también los restos de la mayoría de los Obispos y Arzobispos de Durango, entre ellos los del también tío mío, el tercer Arzobispo de Durango, Ilmo. Don Santiago Zubiria y Manzanera, del cual solo queda polvo, no obstante que murió 46 años después que su tío el Obispo. Este es el RELATO de ésta experiencia maravillosa que tuvimos todos los que fuimos invitados a ésta fiesta de Jesús Nuestro Señor. Saludos. Miguel Zubiría Estrada Berg (texto tomado del libro Enjatla Alichi. Dios Chiquito. Biografía del Obispo XXIII de Durango: José Antonio Laureano Zubiría Escalante, de reciente publicación.
Nota: esta reseña ha sido titulada por OJL solamente para uso periodístico).