
Costumbre religiosa del rezo del Rosario
Al inicio del presente mes de octubre, los fieles católicos continúan preservando la tradición del rezo del Santo Rosario afuera de sus hogares. A icha costumbre, el décimo mes del año, es decir octubre, se le conoce como el Mes del Rosario. Así, pues, se acostumbró a rezarlo a la comunidad católica reunida en familia.
En este 2013 la invitación por parte de la autoridad eclesiástica continúa, para proseguir con la práctica del mismo y fomento en consecuencia de la fe en donde en los diferentes barrios de la ciudad, las amas de casa reciben la imagen de la Virgen del Rosario, a quien le dedican un Rosario, el cual es rezado afuera de su hogar.
POR LAS TARDES
Acomodando sillas, para quienes guían el rezo y el resto de las personas que se van sumando a la oración poco a poco, esto por las tardes entre las 18:00 y las 19:00 horas.
Al recorrer las colonias de la ciudad, se puede observar cómo es que se continúa con esta tradición, en donde pequeños altares colocados afuera de las casas y personas de todas las edades se unen para rezar y las filas de pequeños ofrecen flores a la imagen.
Al finalizar este, la anfitriona de la casa donde se rezó ofrece a quienes le acompañaron en el rezo un vaso de atole o chocolate caliente, mientras que otras más optan por obsequiar ponches, acompañado por una pieza de pan y un caramelo.
ALIMENTOS
Aunque cabe señalar que en otros años algunos barrios se han destacado por obsequiar incluso algunos alimentos salados como tamales o tacos. Este año, adelantándose las tardes frías, se han ido obsequiando bebidas calientes. Pese a la situación económica, los fieles católicos mantienen viva esta costumbre como parte importante de la continuación de sus tradiciones de orden religioso, que de alguna forma provocan la compra de diversos alimentos y artículos necesarios en centros de comercio con buenas ventas por ese motivo.
Esta tradición católica congrega a un buen número de familias, donde las principales participantes, generalmente, son amas de casa, quienes llevan a sus hijos a las casas donde se reza.