El gran despojo

Los primeros días de enero son usualmente un momento de optimismo para los mexicanos. Los dedicamos a hacer propósitos para el año que empieza, a convivir con la familia e incluso a hacer el ejercicio que se supone mantendremos todo el año, pero que realmente sólo durará unos días.

Sin embargo, en este 2014 la situación es diferente. Para millones de mexicanos estos primeros días son el inicio de una fuerte alza de impuestos que afectará de manera muy importante la economía familiar.

Quienes pagarán el alza en el impuesto sobre la renta todavía no han sentido el impacto. Éste empezará a manifestarse en la primera quincena cuando se realicen los descuentos a la nómina. Resultarán afectados quienes tengan ingresos relativamente altos, pero también el resto de los asalariados. Debido a un fenómeno conocido como bracket creep, en el que la inflación va aumentando gradualmente el impuesto, la enorme mayoría de los asalariados tienen que pagar mayores impuestos reales cada año.

Por otra parte, millones de mexicanos están teniendo que pagar ya otros impuestos. Por ejemplo, todos los habitantes de las zonas fronterizas están sufriendo un fuerte incremento en el impuesto al valor agregado (IVA) desde el pasado primero de enero. La tasa subió de once a dieciséis por ciento, lo cual representa un alza del 45 por ciento. Como más de la mitad de los productos pagan IVA, esto significa que se está registrando un impacto inflacionario en las fronteras de 25 por ciento en los primeros días de enero.

Es un golpe muy fuerte a la economía de quienes viven ahí, y que se complica para el comercio por el hecho de que los competidores del otro lado pagan impuestos que van de seis a nueve por ciento según el lugar. Si siempre fue difícil competir para el comercio de la frontera mexicana, ahora se volverá casi imposible.

También se están aplicando ya nuevos y punitivos impuestos a productos como los refrescos y los cereales. Efectivamente, los cereales han quedado incluidos dentro de los alimentos que tendrán que pagar un impuesto especial del ocho por ciento, además del IVA de dieciséis por ciento, por ser supuestamente engordadores. El Sistema de Administración Tributaria ha tenido que exentar a productos como el pan blanco, que tienen mayor contenido calórico y menor poder de alimentación, pero ha dejado con un castigo a alimentos nutritivos como los cereales.

Hay muchos nuevos impuestos que los consumidores no notarán de inmediato, como el de la minería. La eliminación de deducciones a las prestaciones laborales también tendrá consecuencias negativas para la economía. Sus efectos se verán en el mediano plazo porque reducirán la inversión productiva y la creación de empleos.

La cuesta de enero de este 2014 será más difícil que en años anteriores, pero quizá lo peor es que probablemente se prolongue durante muchos meses o años. Los políticos, por supuesto, siguen festejando. Le estarán arrancando a quienes trabajan en la economía formal más de 200 mil millones de pesos en este 2014.

Éste es un gran despojo del fruto del trabajo de quienes siempre han cargado con todo el peso de un gobierno ineficiente, pero que fortalecerá a la clase política que tendrá más dinero para gastar.

Twitter: @sergiosarmient4