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Mentiras piadosas

Mentiras piadosas

Mentiras piadosas

Agencias

Son parte elemental de la vida diaria. Un personaje de la televisión repetía constantemente "Todos mienten" y al parecer siempre tuvo la razón. Mienten los padres, los hijos, profesores, la pareja, amigos, vendedores, estudiantes y la lista podría continuar.

Increíblemente, las mentiras poseen un poder como ningún otro pero siempre a costa de un precio. Son la cortina de humo perfecta para salvar o convertir en un desastre cualquier situación. Su definición varía dependiendo del nivel moral otorgado por cada persona. Muchos aseguran que se trata de un simple acto de cobardía, otros las ven como maldad pura y una parte más dice que son necesarias y piadosas.

También conocidas como mentiras blancas o inocentes, se dice que adquieren su nombre porque ayudan a hacer sentir bien a otros, salvar relaciones, quitarnos del camino de una situación extrema, apagar los incendios de esos malos ratos o incluso solo para ganar tiempo. Hablar de ellas puede sonar divertido, pues se considera que estas mentiras no dañan a terceras personas o violan las leyes establecidas. Se cree que están justificadas, pero otros dicen que no existen, pues a final de cuentas son mentiras pues llevan una intención.

 RAZONES

La filosofía no se queda atrás en este tema. Leo Strauss, un conocido filósofo alemán decía que en el mundo había dos tipos de leyes divinas: las creencias verdaderas y las creencias necesarias. Éstas últimas las definía como aquellas que eran falsas, pero a fin de cuentas útiles para el orden social, pero entonces ¿Hay grados de falsedad aceptables? Algunos psicólogos afirman que sí, por ejemplo en las situaciones de intimidación escolar, cuando los niños ocultan la verdad pues creen que así evitarán un acoso mayor de sus agresores. No se puede castigar a un niño que miente por miedo, por lo tanto su mentira se considera aceptable, aunque esta no sea el camino correcto.

En otros casos, las mentiras aparecen por falta de amor o sentirse inseguros en su propio hogar, por regímenes de disciplina extremos o problemas en el hogar. En el caso de los jóvenes, lo hacen como una forma de conseguir aceptación social ya sea fingiendo sobre su estatus socioeconómico, su familia, el lugar donde estudian, gustos, etc., aunque esto es sinónimo de falta seguridad y necesidad de ser el centro de atención en el adolescente.

Los adultos suelen hacerlo para disminuir el sentimiento de culpa o no querer hacerse responsable de sus actos, para mantener una mejor relación en la familia, amigos, pareja o trabajo. Son tantas las razones pero a final de cuentas no se puede negar, que es algo que la humanidad ha hecho siempre.

 CONSECUENCIAS

Una vez dicha la mentira, es raro que alguien dé marcha atrás. La dura verdad es que la mayoría de las mentiras, terminan por ser descubiertas. Cuando otros descubren que han sido engañados, la ira, el dolor, la desilusión y sobre todo la pérdida de confianza ante la otra persona independientemente de quien se trate, no se hacen esperar.

Una mentira por más pequeña que sea, puede traer consecuencias más graves que las que traerían el haber dicho la verdad. Curiosamente, quienes mienten también se ven afectados no por el dolor que trae consigo su acto, sino porque llegan a creer que todos los que los rodean son mentirosos también.

 PROBLEMA PATOLÓGICO

Aunque la mayoría coincida que las mentiras piadosas son buenas, existen grados para considerarlas un verdadero problema patológico. Cuando se miente para salir de un apuro, la persona está consciente de lo que está haciendo, pero cuando una persona miente de forma intencional, repetitiva y sistemática para conseguir lo que quiere sin importar el daño o consecuencias que esto traiga, es necesario acudir por apoyo psicológico. Esta necesidad de decir mentiras se conoce como Mitomanía. Los mitómanos se caracterizan por no valorar las consecuencias y buscar cambiar la realidad que no le gusta a través de cosas irreales. Se puede caer en este trastorno por falta de cariño o por problemas severos de personalidad.

Se estima que cada día oímos o leemos más de 200 mentiras tanto dentro y fuera de casa y en cualquier círculo social y medio informativo. No se necesita hablar para mentir. Un humano logra hacerlo incluso con una sonrisa o con determinadas posturas que emplea al hablar. Puede aparentar tener confianza cuando posee baja autoestima o estar feliz cuando realmente está deprimido. Algunos afirman que hasta el uso de cosméticos pueden entrar como mentira, pues disfrazan la apariencia real. No importa cuál sea el caso, antes de mentir, mide las consecuencias de tus actos y recuerda que es mejor decir la verdad y pedir perdón, que mentir y defraudar a otros.

Mitomanía

Es un trastorno psicológico en el que una persona es adicta a decir mentiras y lo hace sin medir las consecuencias de sus actos.

Mentir

Muchos consideran que las principales causas que llevan a alguien a mentir son: falta de autoestima, problemas familiares y buscar aceptación social.

Piadosas

Aunque digan que la mentira está justificada para hacer un bien, sigue siendo una mentira y puede provocar un daño mayor.

Tratamiento

Cuando una persona llega al punto de herir a otras a través de las mentiras en repetidas ocasiones, se considera un grave trastorno llamado Mitomanía. El tratamiento de este problema debe ser psicológico y no es fácil, porque lo que para otros es una mentira, para la persona que padece el problema es una verdad que será sostenida fielmente, aunque para casos severos se recomienda la ayuda de ciertos fármacos, pero esto es ya a nivel no psicológico sino psiquiátrico.

Escrito en: Mentiras piadosas mentiras, persona, consecuencias, pues

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