Pizca de manzana, tradición en Canatlán

La pizca de manzana en el municipio de Canatlán es una tradición a tal grado que año con año, para los meses de agosto y septiembre, baja un elevado número de familias indígenas para participar en este proceso.

Las familias indígenas tienen ya su albergue al cual llegan; ahí duermen y ahí se les da alimento y educación a los hijos de los que salen a los huertos a pizcar la manzana para ganarse el sustento diario.

Lamentablemente, este año 2013 la pizca no se dio como en años anteriores: los manzanos no desarrollaron el fruto como se esperaba por la falta de agua, lo que provocó que la fruta fuera pequeña, de la llamada 'canica'.

No logró desarrollar la manzana de mesa, que es la que en las semanas de pizca se retira de los árboles y es la que se vende en el mercado nacional, dejando solo la que se cae para el 'ripio', es decir, para las empresas que se dedican a la elaboración de jugo.

Este año la pizca de la manzana se tuvo que detener un par de semanas debido a que el tamaño de la fruta era muy pequeño y el mercado nacional no la quería así.

Esas dos semanas los fruticultores esperaron que la fruta creciera un poco para poder cortarla con un tamaño más aceptable, pero también aprovechar el agua que ha caído en esos días.

En estos momentos, los fruticultores están de nueva cuenta pizcando la manzana pero por su tamaño y ante la falta de un mercado nacional que la quiera comprar a buen precio, la fruta se está guardando en cuartos fríos para mantenerla ahí hasta que pueda venderse a un precio aceptable para el productor, que al menos no le represente pérdidas.

Mientras tanto, en los albergues, poca gente de la zona indígena pudo verse porque en Canatlán y Nuevo Ideal solo queda el 30 por ciento de las 12 mil hectáreas de manzanos que había hace una década y ante esa falta de huertos cada año va disminuyendo el número de familias indígenas que llegaban a la pizca de manzana.

Los dueños de los huertos que quedan aun de pie participan en la Feria de la Manzana 2013 que se celebra estos días en el municipio de Canatlán, pero están a la espera de compradores que se animen a llevarse el producto de tamaño bajo, no ideal para la mesa, pero que tiene una gran ventaja: el sabor dulce que siempre ha caracterizado a la manzana de Canatlán.