EL GRAN DÍA. El 3 de mayo de 1908 fue la fecha de inauguración de la IV Exposición Regional de Durango, al fin, uno de los sueños de aquellos porfirianos se estaba cumpliendo, inaugurar uno de los acontecimientos más grandes que Durango había tenido en el aspecto económico y que al igual que otras entidades que ya había hecho esto, ahora ellos lo estaban logrando. Pero dejemos que sea la crónica periodística de la época la que nos narre los acontecimientos de ese gran día:
"Un viento huracanado de esos que por efectos del calor se levantan en estos meses y que provocan enormes polvaredas, vino a hacer que la apertura de la IV Exposición Regional de Durango, no tuviera todo el lucimiento posible que desease hubiera sido, pero esto no obstante, el acto estuvo animado y tan concurrido como era posible, dadas las anormales circunstancias.
A las 9 de la mañana se reunieron en el Palacio de Gobierno las personas invitadas al acto oficial de la apertura; y en seguida partió la comitiva para el local de la exposición yendo parte de ella en coches y otra en tranvías, llegando en una hora lo que dio motivo que se retrasara la apertura.
Reunida nuevamente la comitiva en el teatro de la exposición; la Banda del Estado, tocó el Himno Nacional, así como otras piezas de música; ocuparon la tribuna los señores licenciados Antonio Gómez Palacio, quien pronunció un magnífico discurso como él sabe hacerlo, y el señor Profesor Ernesto Alconedo querecitó la poesía alusiva al acto. Ambos fueron aplaudidos estrepitosamente por la concurrencia ahí presente. El señor Gobernador del Estado Lic. don Esteban Fernández, en breve y elocuente peroración, declaró solemnemente inaugurada la IV Exposición Regional de Durango y en seguida la comitiva pasó a visitarla, los distintos departamentos del inmenso y elegante local. Desde ese momento entraron en acción los fotógrafos especialmente los enviados de los periódicos de la capital de la República, Guadalajara y Monterrey, quienes sacaron fotografías de la Junta, de los departamentos, de grupos de señoritas que visitaban el edificio, de los expositores más notables, etcétera.
Desde esa hora y hasta las 14:00 en que se retiraron las autoridades, estuvo tocando la Banda del Estado y la Orquesta del Maestro Arturo Lugo. Por la tarde fue mayor la concurrencia y el fuerte viento había disminuido considerablemente; por la noche fue mayor aun, atraída sin duda por los sin duda por los fuegos artificiales contratados en los Estados Unidos. Estos fuegos llamaron poderosamente la atención del público pues se distinguía perfectamente un retrato del señor Presidente de la República Don Porfirio Díaz, el Águila Mexicana rodeada por los colores nacionales, la cascada del Niágara entre otras.
Por la noche cesaron las polvaredas, pero continuó haciendo un aire frío que mucho molestó a la concurrencia obligándola a retirarse antes de tiempo. Como el servicio de los tranvías está detestable y los coches de sitio, los particulares y los automóviles eran insuficientes para traer a los concurrentes, las avenidas y calles que conducen al local dela exposición se vieron llenos de gente a pie que hacía el viaje renegando de la empresa de tranvías". Hasta aquí la nota periodística aparecida en el intersemanario de mayor circulación: "La Evolución" (fragmento tomado del libro "Las ferias en Durango", de Benjamín Torres Vargas, Imac, 2010).