
Olvidaron limpiar después del desalojo
Entre el sábado por la noche y el domingo en la madrugada pasados, se llevó a cabo el desalojo y destrucción de jacales de un predio invadido en Los Agaves. A la fecha, en el lugar permanecen las tablas, muebles viejos, montones de basura y fosas sépticas semiabiertas.
En visita de El Siglo de Durango al sitio en el que se llevó a cabo el mencionado operativo, se pudo corroborar que no ha sido retirado nada más de lo que los desalojados alcanzaron a llevarse.
En el predio en el que las autoridades indicaron que se construirá un área de esparcimiento y posiblemente hasta una escuela, hay un hoyo de considerable tamaño y profundidad, relleno de todo tipo de basura, incluso animales muertos.
Aunque la mayoría de los deshechos se concentra en ese sitio, en el resto del terreno también hay basura y animales muertos, entre una que otra fosa séptica que al parecer intentaron se cubiertas de forma parcial.
Insalubre
Un grupo de personas que prefirieren reservar su identidad por el temor a represalias por parte de invasores a quienes acusan de haber mantenido una conducta violenta contra los habitantes del fraccionamiento en general, platicaron que al medio día los olores de las fosas sépticas son insoportables.
Aún así admiten que era peor cuando el sitio estaba invadido, puesto que algunos de los moradores de las casas improvisadas solían hacer sus necesidades al aire libre y en las cercanías de las casas del fraccionamiento.
Por lo pronto, han pasado cinco días del desalojo y las autoridades todavía no "meten mano" para realizar acciones de limpieza y sanidad, por lo que hay vecinos que incluso han mandado a sus hijos a casas de familiares, pues hay mucha contaminación.
En el sitio permanece una patrulla de la Policía Municipal, con alrededor de cinco elementos que se mantienen alertas para evitar cualquier intento de los invasores por regresar u otra circunstancia irregular relacionada con el predio.
A pesar de ello, durante el tiempo que el reportero permaneció en el lugar, se pudo ver actividad de "rapiña", por parte de mujeres que incluso con carretillas ponían a sus hijos a cargar objetos que hallaban entre los escombros.
Cuestionadas respecto a si llegaron a vivir en alguna de las casas derrumbadas, contestaron de forma negativa y se retiraron de inmediato.
Reacción
Por su parte, Juan Carlos Montoya Garay, director municipal de Salud Pública, ante la pregunta de lo que se pretende hacer para evitar que el espacio se convierta en un foco de infección, indicó que realizarán un recorrido para evaluar las condiciones del lugar.
Dijo que será necesario ver que se puede hacer en el caso de las fosas sépticas, pues de entrada será necesario encalar y cerrar herméticamente para evitar que se conviertan en un riesgo para la salud de los habitantes de la zona.