Durango, tierra de charros
El deporte nacional por excelencia es la charrería, disciplina que vino a desarrollarse con el paso del tiempo, después de que cada una de las suertes fuera una faena cotidiana en el campo.
Es decir, las manganas, piales jineteo y demás suertes eran aprovechadas para atender al ganado, ya sea para vacunas, herrar, entre otros trabajos.
En la actualidad, la charrería es el deporte de orgullo mexicano, en donde el sombrero de ala ancha, el traje de faena y el alma campirana se mezclan en un lienzo para demostrar que nuestras tradiciones no se pierden al traerse en la sangre.
Nueve suertes son las que se pueden observar en una charrería, en donde cada equipo participante tiene un especialista en cada una de las actividades a realizar.
Las suertes a realizar comienzan con la cala de caballo, la cual consiste en demostrar la educación y nobleza del caballo al realizar un galope por la manga del lienzo y llegar al centro del mismo enfrenándolo para que se marquen dos rayas en la arena producto de los cuartos traseros del equino.
En seguida el charro realiza una serie de giros demostrando la obediencia del animal.
La emoción y adrenalina se respiran al máximo con los piales en el lienzo, suerte que le pone el "perfume caro" a la charrería, ya que al chorrear la soga por la cabeza de la montura, esta se quema y produce un olor muy característico.
Le siguen las colas, que consiste en derribar vaquillas a todo galope, jalando el rabo. El jineteo de toro le pone emoción.
Por su parte, la terna mezcla dos suertes que son el Lazo Cabecero y piales en el ruedo para después derribar a la res.
En el jineteo de yegua se ve la destreza del charro para seguir con las manganas a pie y después a caballo.
El broche de oro lo pone el Paso de la Muerte, que consiste en montar a pelo y brincar a una yegua a todo galope, la cual al sentir al charro puede reparar.
Todo este trabajo requiere de una gran concentración y, por supuesto, preparación.
El Siglo de Durango estuvo presente en el lienzo de las Dos Erres, en donde se pudo apreciar el trabajo de los charros.
Todo comienza con un ritual de respeto, que es el portar el traje de faena.
Se ensillan los caballos y se preparan para partir al campo y arrear las yeguas y reses para practicar sus suertes.
Ya en el lienzo todo es seriedad y concentración; se comentan los errores y posibles soluciones, todo para sumar más puntos en la charreada, ya que al ser un deporte federado cuenta con jueces calificados que aplican el reglamento como debe ser.
Del equipo Dos Erres, quien se encarga de realizar la cala de caballo es Raúl Rivas, en tanto que los piales le corresponden a Jaime Soto y Raúl Rivas.
En la colas están José Nava, Ricardo Rivas, Fernando Núñez, Luis Salinas y Fernando Ríos.
En los lomos de los toros hace alarde de talento Diego García, mientras que la terna la componen Ricardo Rivas, Fernando Núñez y Jaime Soto hijo.
En tanto que Didier García realiza el jineteo de yagua. Ricardo Rivas realiza las manganas a pie; y Jaime Soto, a caballo, mientras que la suerte reina, el Paso de la Muerte, lo ejecuta Luis Salinas.
ANFITRIÓN
Otro de los equipos destacados de Durango es La Picota, quienes obtuvieron el nombramiento de ser el equipo anfitrión para el Campeonato Nacional Infantil y Juvenil de Charrería y Escaramuzas.
Este campeonato será en Durango, gracias al apoyo del Estado y a la unión de los charros de Durango, según comentó Rubén Jiménez, secretario de la Unión, quien agregó: "se realizará del 18 de julio al 2 de agosto, aquí en Durango".
De esta manera Durango regresa a la charrería nacional.
Charros Dos Erres
⑨Ricardo Rivas.
⑨Luis Salinas.
⑨José Nájera.
⑨Raúl Rivas Hijo.
⑨Jaime Soto Gallegos.
⑨Jaime Soto Flores.
⑨Ricardo Rivas Carrera.
⑨Didier García Quiñonez.
⑨Fernando Núñez.
⑨Fernando Ríos.
⑨Diego García.
⑨Romario Rivas (tres años
de edad).
⑨Raúl Rivas Padre.
⑨Isaac Nájera Rivas.