
El conflicto en el PRD
El domingo pasado en la última corrida de la temporada en la Monumental Plaza México se dio un hecho extraño: un pleito entre los toreros Antonio García y José Luis Angelino, se dijeron de todo y empujaron luego de poner banderillas al último toro de la lidia normal. El Chihuahua se molestó con Angelino por que esté le dio el par de banderillas por la espalda, y el norteño lo tomó como falta de respeto, y el reclamo se hizo evidente.
Con anterioridad hemos señalado que nadie garantiza que la actual dirigencia estatal del PRD cumpla con los tres años por los que fue electa, y que la presidencia que recae en la persona de René Galindo Bustamante pende de un hilo desde que tomó protesta (apenas en el mes de octubre del año pasado), siendo la corriente Alternativa Democrática Nacional la que lo pone en riesgo, propiamente su dirigente: Miguel Ángel Lazalde Ramos.
Desde la primer a reunión de consejo, Lazalde Ramos buscó tomar el protagonismo, el cual lo ha hecho patente al tomar la iniciativa en conferencias de prensa, abanderamiento de movimientos con tintes sociales como el de los padrones de los programas sociales, la CFE, o el utilizar a una niña accidentada para buscar negociar temas de grupo y/o personales. El más reciente golpe interno de Lazalde a la dirigencia fue el haber operado la salida de seis consejeros estatales que estaban en Nueva Izquierda, y haberles dado cobijo en ADN, lo cual no puede ser representativo en números ni en fuerza, pero sí en los modos, en la formas:
Los consejeros que abandonaron NI, dejaron la tribu, sí, pero no su espacio, su oficina que se encuentra al interior de la sede del Comité Estatal. Cada corriente del PRD fue dotada de un espacio por René Galindo, buscando así el respeto a los diferentes grupos, pero los desertores no abandonaron el espacio que ya no les correspondía por haber dejado a Nueva Izquierda, y usaron ese hecho como una excusa para enfrentar y desafiar directamente a Galindo Bustamante.
Lo anterior se puede deber a dos factores: El primero es la represalia directa al hecho de que dos precandidatos que estaban en Nueva Izquierda, y que tras desertar llegaron a ADN, claudicaron en la búsqueda de la candidatura del primer distrito, y al "bajarse" de esa contienda Armando Yáñez y Tadeo Campagne, ahora se cobran el precio con la oficina que no quieren regresar a su presidente estatal.
El segundo, que no va separado al primero, y que no es posible, sino real: la instigación directa de Miguel Lazalde. Existe un escenario real al interior del PRD: que en el periodo de intercampaña se geste finalmente el golpe a la actual dirigencia, y que ADN en la persona de Lazalde Ramos busque la destitución de René Galindo.
A un PRD que vive una intensa crisis a nivel nacional, y que en el contexto local no tiene el éxito que se esperaba desde hace años, no le abona en absoluto el que una corriente interna tenga la avaricia de mandar, de controlar y de imponerse.
Las proyecciones son también para prevenir crisis, y contiendas, en este caso, el presidente estatal del PRD debe de buscar de inicio, la concertación, el diálogo y la unión, pero como eso no va a ocurrir con alguien que desde el inicio dio muestras carencias como la disciplina e institucionalidad, debe de imponer su autoridad, más allá de rescatar una oficina, sino de hacer valer su autoridad, y el respeto al partido, así como el torero Antonio García, sacar la casta.