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Los símbolos de Esther González

La artista plástica inauguró la exposición ‘Signos en el tiempo’ en el Museo de Arte Guillermo Ceniceros.

Los símbolos de Esther González

Los símbolos de Esther González

Mara Güereca

Un cielo nublado fue el cómplice durante la inauguración la noche del viernes de ‘Signos en el tiempo’, exposición conformada por 59 obras, autoría de la pintora, dibujante y grabadora Esther González.

El Museo de Arte Guillermo Ceniceros será el hogar temporal de los trabajos creados entre 2005 y 2015 y que podrá ser visitado por público de todas las edades a lo largo de un mes.

REESTRUCTURACIÓN

‘Signos en el tiempo’ es un experimento que reúne el misticismo de las culturas antiguas, que permite la reestructuración de un símbolo al estilo de su creadora y que surge de una etapa personal llena de vacío, pérdida, esperanza y aventura.

“Estaba trabajando en espacios de relieve en papel, haciendo obra simbólica, muy geométrica y en el terremoto del 85 se nos cae la casa y el estudio, estábamos adentro y alguien nos dice ‘tienen que dar gracias por que salieron vivos’, no se me antojaba pero dije ‘vamos a hacer algo diferente’ y aquí está, tiene buen origen”, explicó la maestra en entrevista para El Siglo de Durango.

“No es reconstrucción de un símbolo, es la reestructuración a mi manera. Es tomar un símbolo muy conocido, muy antiguo del siglo XI hasta el XVI y recrear estas formas en nuevos espacios”, añadió la ganadora de los premios de grabado, pintura y dibujo del Salón de la Plástica Mexicana en 1971, 1985 y 1988, respectivamente.

SOPORTE MEXICANO

Las piezas destacan por el soporte utilizado en su creación, siendo el principal el papel amate.

“Para mi es muy importante usar para los símbolos este soporte que es mexicano, porque al llevar una exposición con doce piezas de gran tamaño a Europa Oriental les llamó mucho la atención ver las formas de la iglesia Ortodoxa muy antigua de ellos en un soporte que por allá ni se conoce. Ellos usan hoja de oro o plata sobre las imágenes y yo llego con mi papelito y fue un éxito total. Allá, las exposiciones por lo general duran diez días y ésta estuvo casi tres meses, no la podían quitar porque siempre había cola para entrar y eso no lo pago con nada, ha sido una de las grandes satisfacciones”, dijo.

UN SÍMBOLO DEL TODO

Según la maestra, las 49 obras de ‘Signos en el tiempo’ conforman un solo símbolo, pero a su vez cada una tiene su propio espacio y fueron el resultado de una investigación constante.

“El trabajo ha sido una investigación constante. Es un trabajo analítico, me gusta revisar, como desbaratar y decir ‘quiero ver lo que hay aquí’, la geometría, la síntesis de la forma y ver cómo los espacios han sido invadidos por el paso del tiempo. Desde los principios el trabajo del pintor es de constancia y de creer en lo que uno hace y que al presentar la obra tenga una comunicación directa con quien la ve. El objetivo se cumple cuando esta pieza logra una comunicación con el espectador”.

el arte, compromiso social

Esther González se dijo satisfecha al ver a las nuevas generaciones interesarse en el arte y destacó que todo artista plástico tiene la obligación de mantener ese interés.

“Necesitamos que no se pierda esto y eso lo siento como una obligación de todos los artistas plásticos de que pesquen a las nuevas generaciones, no los dejen que se vuelvan zombies. Hay que desviarlos un poco de la tecnología dañina, que se dediquen a visitar los museos o galerías,, a ver teatro o a asistir a los conciertos pues ese mundo es el que hace que el ser humano sea más noble, menos agresivo y es nuestra responsabilidad ennoblecerlos a través del arte”.

Larga vida a los museos

La pintora explicó que la clave se encuentra en la creación de espacios para exhibir el arte mexicano y que el Museo Guillermo Ceniceros es uno de ellos.

“El Guillermo Ceniceros es uno de los grandes del país que brinda esa oportunidad al pueblo y dice ‘señores, acérquense, aquí hay arte también’. No dejen solos los museos, porque una vez que se inauguran la gente va y se olvida de ellos, tienen que pensar que esto vive gracias a que existe la relación simbiótica del público y la obra. El arte mexicano hay que preservarlo, apapacharlo, cuidarlo para darlo a conocer, que no se quede encerrado entre las paredes”.

La maestra tampiqueña continúa en la creación de varias piezas. “Tengo mucho que trabajar, le pide uno a la vida tiempo para terminar todo lo que deseo trabajar y ahorita tengo energía para seguir con todo el trabajo pendiente”, finalizó.

Escrito en: Durango Cultura trabajo, arte, sido, espacios

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