
La pólvora, un constante peligro
Previo a la tradicional cena de Nochebuena, en la calle se escucha el tronido de los cohetes que maniobran los niños. Es un pequeño grupo de menores de edad, de entre seis y 10 años aproximadamente quienes prenden una y otra vez los productos explosivos sin la supervisión de algún adulto, ya que estos se encuentran en la casa y mientras departen consumen bebidas alcohólicas.
Los niños se han preparado bien para el festejo con toda clase de "palomas" y "barrenos", algunas emiten una estruendosa explosión que asusta a más de uno de los vecinos que se asoman para comprobar que no ha pasado nada grave en el barrio. Al ver a los niños, la molestia es contra los padres de familia que son omisos en su cuidado y que los exponen a un accidente pero también, a que se provoque algún siniestro que dañe a terceros. La historia de siempre.
Hace apenas algunos días que sucedió el terrible percance en el mercado de San Pablito, municipio de Tultitlán en el estado de México, el punto de venta más grande de material explosivo y en donde se supone, al contar con el aval de la autoridad se cumplía al pie de la letra con las medidas de seguridad. La causa del siniestro aún es desconocida pero el saldo es que 36 personas perdieron la vida y muchas más resultaron heridas. Y tras la desgracia de nueva cuenta inició el debate de si se debe o no permitir la actividad y de la eficiencia de la autoridad para regularla.
Siempre es más sencillo culpar a las autoridades de ser negligentes sin reparar en el comportamiento de las personas que gustan de adquirir estos productos y que por ende, dejan que niños también los maniobren, en muchos de los casos, solos y sin protección alguna. Por supuesto, igualmente están los comerciantes que venden los productos de manera ilegal aunque no clandestina, porque hasta en Facebook hacen sus anuncios y promociones.
Los inspectores municipales tienen una tarea difícil para combatir la venta irregular de pólvora ya que en más de una ocasión han sido amenazados, intimidados y hasta agredidos físicamente cuando tratan de decomisar esta mercancía. Es más, la misma ciudadanía ha defendido a los comerciantes que de manera irregular los venden.
A la fecha, las autoridades reportan que se han decomisado más de 140 kilogramos de pólvora en la ciudad de Durango pero la venta continúa.
Es sabido que la producción, distribución y uso de estos productos explosivos implica un riesgo que se toma una y otra vez. Quien los fabrica de manera irregular, quien los vende y quien los compra saben de antemano que existe el peligro de que algo salga mal y que esto puede afectarle no sólo a él, sino a quienes le rodean. Es un permanente "jugársela", como se dicen comúnmente.
Está muy cerca la celebración del fin de año y muy probablemente, de nueva cuenta se verá el uso indiscriminado de estos artefactos de pólvora porque pese a los exhortos y malas experiencias que se han registrado, las personas no los toman en cuenta y creen que nunca les pasará a ellos... hasta que les pasa. Nadie aprende en cabeza ajena.
También en la fiesta de Año Nuevo existe una pésima ¿tradición? Que si bien ha disminuido un poco todavía sigue vigente: las llamadas "vivas" que no es otra cosa que disparar al aire. Desde mi humilde punto de vista una práctica absurda y altamente peligrosa pero que las personas realizan cada 31 de diciembre. Esa noche queda de manifiesto la gran cantidad de armas que hay en los hogares duranguenses sin que la autoridad pueda poner freno pues apenas y se da abasto con la cantidad de personas alcoholizadas que conducen vehículos automotores.
Debemos asumir entonces, que no sólo es la autoridad la que falla sino también nosotros como ciudadanos al infringir la ley con alevosía y ventaja.
A pesar de los nada alentadores pronósticos económicos que hay para el 2017, es mi deseo sincero que el próximo año sea de bienestar para usted y los suyos. Le agradezco su lectura durante el 2016 así como a esta casa editorial que me brinda la oportunidad de escribir. Hagamos votos para que juntos podamos salir adelante a pesar de las adversidades.
Twitter: @citlazoe