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Protección civil: arribos y retos

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Protección civil: arribos y retos

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LUIS LOZANO

Tuvo que pasar la tragedia del 85' para que México reaccionara al rezago que en materia de protección civil mostraba.

Y es que aquel terremoto, que afectó predominantemente a la capital del, revolucionó la forma en que se establecían las medidas de prevención para ese tipo de tragedias, si bien aún no están a la altura de las mejores del mundo.

Si bien es cierto que después de aquel incidente no se han registrado más movimientos telúricos de similar magnitud, los sistemas de alerta temprana parecen garantizar que un eventual sismo del mismo tamaño, sea detectado a tiempo sin casar la destrucción humana que alcanzó aquel.

Tras la tragedia, todos reencausaron su forma de trabajar, en cuando a protección civil se refiere. Algo similar, guardando dimensiones, debe pasar también aquí.

A casi 70 días de la tragedia del 29 de septiembre, fecha en que la inundación más intensa en la historia del municipio azotó al norponiente y parte del centro de la capital, se pueden observar ya ciertos ajustes en los entes responsables del resguardo civil. Pero faltan todavía varios más.

En el caso del ente municipal, el atropellado arribo de Israel Solano Mejía (nublado por la renuncia de su antecesor, reconocido por su amplia trayectoria como bombero de carrera), algunas declaraciones desafortunadas tras la inundación -como esa en la que atribuyó los decesos a la imprudencia de las víctimas- y la incomodidad causada por su forma de dirigir, opacaron temporalmente el valor de una de las cartas de presentación más humanas que tiene el Ayuntamiento.

A eso debe sumarse la carencia de un líder operativo, que conozca del oficio, un espacio hasta ahora no ocupado formalmente.

Tampoco se ha designado a alguien acorde al puesto en el área de comunicación, lo que se nota en frecuentes tumbos cuando de mostrar una acción relevante a la sociedad se trata. Por ejemplo, le dan más valor público a la disposición de un comerciante para mostrar su dictamen de protección civil vigente, que a un incidente en el que salvaguardan la vida de "x" número de personas.

Aun así, los elementos empiezan a sobreponerse de esas crisis (que también les afectó) y la inercia les lleva de nuevo a posicionarse socialmente en el lugar que tenían

Quien sabe cuánto dure Solano Mejía, que si bien parece ir comprendiendo poco a poco el trabajo de la Dirección, no acaba de encajar entre la base laboral de los Bomberos. Amén de eso, el tiempo que le quede tiene que enfocarse en acrecentar la capacitación, pues de eso ha habido poco en los meses recientes.

En el caso del Estado, por fin la Unidad Estatal de Protección Civil se enfoca a su trabajo: lograr que los municipios establezcan cuando menos una modesta oficina en cargada de la prevención de riesgos de acuerdo a sus condiciones orográficas. Lo otro ya no es prioridad en la nueva directriz.

Antes (entiéndase el sexenio anterior), la instancia giró sus objetivos hacia tareas asistenciales, a grado tal que el mayor logro había sido repartir café y pan blanco en abundancia al exterior de los centros hospitalarios. Y dirigir el tránsito en los alrededores del recinto oficial de los informes gubernamentales. Ahora luce distinto.

No obstante, Carlos México Gamero (titular de esta instancia) tiene todavía pendientes por resolver. De entrada, deberá encargarse de la tecnificación de un ente que sigue requiriendo el auxilio de otras dependencias para cumplir sus objetivos, pues la escasez de personal no le permite -por ejemplo- contar con especialistas de áreas imprescindibles en sus objetivos.

Para él, el reto principal es acrecentar los recursos económicos, pues el suyo es un trabajo demasiado importante como para mantenerlo como una dependencia pequeña.

Se sabe de la simpatía que hacia él guardan tanto el gobernador como su esposa, lo que le representa un paso adelante respecto a otras instancias.

Ambos tienen qué hacer. Por lo pronto, el estado luce bien encaminado; el Municipio no tanto, pero nada que -con un poco de actitud- no se pueda corregir.

Después del 29 de septiembre, algo debe cambiar. Y tiene que ser para bien.

Twitter: @luizork

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