La Librería Ochoa, establecimiento ubicado en el centro de la ciudad, regaló un buen número libros que se mojaron a causa de la contingencia que se registró el pasado jueves por la noches y viernes en la madrugada, debido a la cantidad de agua que ingresó en uno de sus almacenes. Se trata de todo tipo de títulos, que por las condiciones en las que quedaron no se pueden poner a la venta. Al lugar acudieron decenas de personas que escogieron algo de material, totalmente útil para la lectura, pero no para su comercialización, pues ya no tienen la presentación adecuada.