
Vinos del Nuevo Mundo
Viejo y Nuevo Mundo son dos conceptos que los estudiosos del vino repiten sin cesar cuando hablan de regiones productivas, uvas, bodegas y, particularmente, estilos de vinos.
En cualquier cata a ciegas, de carácter académico claro, es posible escuchar la pregunta: "¿Es un vino de Viejo o Nuevo Mundo?".
El primero se refiere al producido en alguno de los países con más larga historia vitivinícola documentada, entre ellos, Francia, España, Alemania, Italia, Portugal, Hungría y algunos otros; el segundo, básicamente a todo lo que surge de viñedos ubicados fuera de Europa.
"Pero, ¿realmente se puede resumir el amplio compendio vitivinícola actual en dos polos?". Esa es la cuestión. En una industria de tal dinamismo, el tema parece obsoleto.
Durante el foro y campeonato de vinos asiáticos The Silk Route 2016, celebrado en Beijing hace un par de semanas, Taner Ogutoglu, director de Wines of Turkey, ofreció una ponencia. De acuerdo con Taner, los vinos del Nuevo Mundo hoy pueden entenderse a partir de dos Grandes Eras: primera, la sucedida en los países más desarrollados, entre los que se cuentan productores como Australia, Chile, Argentina, Estados Unidos, Sudáfrica y, por supuesto, México; segunda, en la que se incorporan jugadores como China, Japón e India. Modernidad es pensar en Nuevos Mundos.