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Alternancia, la prioridad

Archivo Adjunto

LUIS F. SALAZAR WOOLFOLK

La semana pasada circuló un audio en las redes sociales, en el que se escucha una conversación telefónica de Miguel Riquelme, candidato del PRI al gobierno de Coahuila, hablando con su asistente respecto a la solicitud de unos ciudadanos de Torreón, agrupados en la asociación Laguneros Unidos de Corazón.

Los ciudadanos en comento piden a Riquelme que demuestre el origen del dinero gastado en la compra de dos automóviles y un lote de aparatos electrodomésticos entregados a la estructura electoral del PRI, para ser rifados en un acto partidista celebrado en apoyo del alcalde con licencia y hoy candidato.

Con ínfulas de autócrata, Riquelme instruye a su asistente para que ordene la facturación de los bienes sorteados para pagarlos con su tarjeta de crédito personal como cosa de poca monta, y manda que se investigue a los firmantes de la publicación y a sus cónyuges, para determinar si tienen adeudos pendientes con el Municipio, en los rubros de impuesto predial y servicio de agua potable.

El de Riquelme es un acto prepotente de represión y lejos de estar fuera de contexto como el interpelado asegura, corresponde con exactitud al estilo dictatorial del Moreirato que amenaza continuar en la persona del candidato del PRI, que es hechura de los Moreira.

Por ello el audio difundido revela la imperiosa necesidad de la alternancia en nuestra entidad, porque tal y como la voz del pueblo reclama hoy día con insistencia, Coahuila no aguanta otro Moreira. Para asegurar la alternancia y haciendo eco del sentir ciudadano, algunas corrientes de oposición consideran pactar una alianza que en función del voto útil, permita unir fuerzas en torno del candidato que por encontrarse arriba en las encuestas, integre una mayoría que venza a Riquelme en las urnas y saque a los Moreira del poder de una vez por todas.

Así las cosas, el Peje López Obrador introduce en escena el fin de semana pasado, su peregrina ocurrencia de presionar a los partidos de izquierda para que se sumen al Partido Morena en las elecciones locales que se desarrollan en el país, incluida la de Coahuila, bajo la amenaza de que si no lo hacen, serán excluidos de su proyecto de conquistar la Presidencia de la República, que por lo visto el mesías tropical siente que se le está escapando.

La pretensión de López Obrador exige una grosera subordinación de los intereses de los ciudadanos de Coahuila a su proyecto personal, y entraña una falta de respeto para el propio candidato Armando Guadiana, que de esta suerte queda sujeto a los intereses particulares del Peje, en perjuicio de una estrategia de alianza ciudadana actual, que es muy importante para lograr la alternancia en nuestro Estado.

Es indispensable que hagamos política de abajo hacia arriba es decir desde la agenda regional y el bien común, y no desde la cúpula ni de los particularismos como pretende el Peje. Con el PRI de los Moreira en el gobierno de Coahuila, la participación ciudadana y los espacios de la oposición están cancelados, y el lema de campaña de Riquelme "menos política y más carácter", amenaza con mantener el monopolio de la actividad política como patrimonio exclusivo de los Moreira. La alternancia en cambio, asegura la apertura a la pluralidad y ofrece en automático la vigencia del principio de división de poderes, que a su vez es la vía de acceso hacia la transparencia y la rendición de cuentas que hoy no existen.

Los sucesos en comento confirman que la alternancia es la prioridad en estas elecciones de Coahuila y para ello el voto útil dirigido a fortalecer al candidato de oposición que más probabilidades tenga de ganar la elección, es una herramienta que los ciudadanos podremos hacer valer con independencia de que la totalidad de los candidatos involucrados, se pongan o no se pongan de acuerdo.

Escrito en: Archivo Adjunto alternancia, Riquelme, candidato, ciudadanos

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