¿Dónde quedó el monumento a Villa?
Dicho por expertos cronistas de la historia: uno de los aspectos urbanos que tiene toda comunidad para promover socialmente su identidad, son sus monumentos cívicos. Estos no solamente desempeñan la función de recordar al personaje al que se les dedica, sino además la de recordar sus acciones; las gestas heroicas en las que participó y son símbolo de orgullo ciudadano.
Pero qué es lo que sucede cuando los proyectos de modernización urbana interfieren para descomponer este tipo de proyecciones, al reubicar las efigies de personajes importantes de nuestra historia nacional y que además, son oriundos de la propia entidad o las ciudades donde se les ha levantado un monumento.
Hace 43 años, el monumento dedicado al personaje revolucionario conocido como Francisco Villa, fue apostado en una glorieta sobre el bulevar que actualmente lleva su nombre en esta ciudad de Durango, y entonces lucía en ese lugar majestuosa a la vista de lugareños y visitantes. La efigie del General es obra del escultor duranguense Francisco Montoya de la Cruz, hijo de Benigno Montoya Muñoz, reconocido escultor de arte sacro.
La reubicación que se hiciera al monumento a Francisco Villa durante la administración gubernamental 1998-2004, en la gestión del exgobernador Ángel Sergio Guerrero Mier, escondió la imagen del General y con el correr del tiempo la vegetación que se plantó en torno al flujo continuo vial que se construyó en el lugar, han ocultado prácticamente ya toda la estatua de este personaje oriundo de Durango.
Según el historiador duranguense, Javier Guerrero Romero, en aquel entonces no se hizo la reubicación cuidando la dignidad del personaje para que éste continuara transmitiendo ese fervor patrio y el sentido de identidad que amerita; fue colocado en una plazoleta y sobre un basamento desproporcionado en relación al propio monumento que, como se dice coloquialmente: lo "achaparra".
Por si fuera poco, el monumento al Centauro del Norte quedó flanqueado por anuncios espectaculares publicitarios; rodeado de una contaminación visual que distorsiona y resta el mérito conceptual a la imagen. Los edificios que lo envuelven no le dan el mejor de los entornos, incluso se llega a confundir como el jardín de un hotel que se encuentra por detrás de la figura.
Actualmente es sólo un punto de referencia cuando se llegan las fechas de los homenajes cívicos correspondientes: su natalicio el 5 de junio; su aniversario luctuoso el 20 de julio y el 20 de noviembre para conmemorar la Revolución Mexicana. Es entonces cuando se le puede apreciar a través de fotografías y videos que por más que se intenten cuidar, muestran el lamentable ambiente en el que este monumento se ve envuelto.
Los monumentos históricos son también un importante atractivo turístico; el del general Francisco Villa en esta ciudad ha sido relegado también en ese aspecto, pues fuera de alcance visual no solamente le merma imagen e identidad a nuestra ciudad, sino además obstaculiza la ubicación de la efigie a los turistas que pretenden visitarla y llevarse una impresión de la misma a sus lugares de origen.
Hace dos sexenios Durango entró a la dinámica de una promoción importante dentro de la industria del turismo; la remodelación del centro histórico y la creación de atractivos como el teleférico y otras obras destacadas, si bien es cierto han ayudado al impulso de la plaza como una oferta turística, la condición de monumentos como el de Villa montado en su Siete Leguas, debe ser considerada dentro de estos proyectos.
EN LA BALANZA.- En la anterior administración gubernamental se anunció una nueva reubicación del monumento a Francisco Villa, se dijo que se trasladaría a un lugar adecuado y visible; sin embargo, concluyó el sexenio y esto nuca ocurrió. Entonces se estimaba que este cambio costaría alrededor de 4 millones de pesos. Supongo que los costos actuales serían más elevados, además de lo que resultara por concepto de daños a la escultura ecuestre. Ojalá pronto las nuevas autoridades consideren devolverle al monumento su esplendor y dignidad.
CERROS SECOS Y PELONES... La Subsecretaría de Educación en la Comarca Lagunera de Durango investiga dos casos de presunta venta de plazas docentes en el nivel básico, por parte de una persona que las ofrece mediante engaños y falsificación de documentación oficial. Cuitláhuac Valdés Gutiérrez, titular de la dependencia en la región, informó que en dichos documentos se ha falsificado su firma con la finalidad de engañar a interesados con ingresar como trabajadores al servicio educativo, así como defraudarlos al solicitarles altas cantidades de dinero.
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