Los niños y el deporte
La era actual se caracteriza, sobre todo, por un extraordinario avance en materia de tecnología de comunicaciones, un aspecto que involucra directa e indirectamente a niños y adolescentes, un sector de la población que ha sido literalmente absorbido por el auge que han tomado en los años recientes las redes sociales con el uso de los llamados teléfonos "inteligentes", además de otros dispositivos móviles como las tabletas, las computadoras portátiles y otros como los que se utilizan también exclusivamente para escuchar música, con lo que este segmento de la sociedad se ha olvidado de que también existe el deporte como opción para la diversión, el esparcimiento y, principalmente, para estrechar los lazos de convivencia entre la familia.
De manera lamentable, muchos adultos nos hemos percatado de cómo los infantes y los adolescentes poca o nula atención prestan a las actividades que se relación con las diferentes disciplinas deportivas, aunque también los padres de familia debemos reconocer que en esto tenemos gran parte de culpa, debido a que no los hemos sabido encauzar hacia la práctica de opciones como el futbol, el basquetbol, el voleibol, el beisbol, el ciclismo, la natación. En fin, la lista puede ser mucho más amplia como vasto es el universo de los deportes, y nos faltaría espacio en esta columna para mencionarlos todos.
Y comentaba que los progenitores somos los únicos responsables de que los hijos no practiquen algún deporte, lo cual se debe a que no hemos sabido encontrar la manera de motivarlos para que se inclinen por la práctica de alguna disciplina de ese tipo, para que ellos mismos elijan la que más sea de su agrado y que cumpla con sus expectativas, además de que no necesariamente se requiere el uso de la fuerza o del esfuerzo físico para sobresalir en ella, como es el caso del ajedrez, más conocido como el deporte ciencia porque involucra una gran capacidad mental.
Tal vez, los padres de familia tampoco hemos escogido la estrategia adecuada para inculcarles la suficiente motivación para que de esta forma los hijos conozcan sus habilidades, cualidades, aptitudes y destrezas en los diferentes deportes, con el objetivo de que ellos mismos descubran el potencial que tienen para la práctica de cualquiera de las disciplinas mencionadas anteriormente, con lo que se podría dar el primer paso para interesarlos en alguna de esas actividades, pero sin forzarlos, obligarlos ni presionarlos en la decisión, ni tampoco influir en que escojan alguno en específico.
La intención es que nuestros hijos seleccionen, por sí mismos, el deporte con el que se sientan a gusto en su práctica, de tal manera que lo desarrollen conforme a su capacidad física y mental, ya que el propósito es que canalicen sus energías positivas a través de una actividad física o mental que les reditúe no solo en la satisfacción de saber que hacen los que les agrada, sino, además, que conozcan los beneficios que a nivel de la salud les puede dejar cualquier disciplina por la que se inclinen.
Una vez que hayan escogido el deporte que más les acomode conforme a su complexión física, sus aptitudes y, sobre todo, porque es el que más les gusta por diferentes factores, el siguiente paso es que los padres les apoyemos para que cuenten con lo necesario, en el aspecto material, para que lo practiquen con la frecuencia que deseen y en los espacios adecuados para ello, pues de otra manera el objetivo que se busca quedaría incompleto, a medias, lo cual podría desmotivar y frustrar a los hijos.
De acuerdo con especialistas, el deporte no sólo es bueno para la salud física y mental de los niños y adolescentes, sino que sus beneficios van mucho más allá, pues les ayuda a tener más confianza en sí mismos, a relacionarse mejor con los demás e incluso a superar enfermedades como el asma.
Además, se ha comprobado que la práctica de algún deporte contribuye a aumentar el crecimiento de infantes y adolescentes, además de que ayuda a corregir posibles defectos físicos, en tanto que también potencia la creación y regularización de hábitos.
También, desarrolla su placer por el movimiento, estimula la higiene y la salud, les enseña a tener responsabilidades, les ayuda a superar la timidez, así como puede contribuir a frenar sus impulsos excesivos, además de que también les puede servir para convertirse en más colaboradores y menos individualistas.
Otros beneficios consisten en que el deporte les permite reconocer y respetar que existe alguien que sabe más que ellos, mientras que también produce un aumento generalizado del movimiento coordinado.
Ahora que ya conocemos los innumerables beneficios que les puede dejar a nuestros hijos la práctica de cualquier deporte que ellos elijan, podemos comenzar por inculcarles que escojan alguno, el que sea, para que lo desarrollen en el momento que ellos lo determinen, a su propio ritmo.
Seguramente, ellos sabrán escoger el adecuado, por lo que sólo nos restará por ofrecerles todo nuestro respaldo, en todos los aspectos que se requiera, para que lo practiquen con la periodicidad que ellos mismos decidan. Así, nuestra tarea en este sentido quedará cumplida.