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Lucas Alamán, breviario de vida

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Lucas Alamán, breviario de vida

Lucas Alamán, breviario de vida

Ismael Lares

Para el historiador guanajuatense los defensores de la causa realista propugnaron por una civilización próspera. Los demás eran unos aprovechados dispuestos a saquear los bienes de las clases propietarias e ilustradas.

Guanajuato es el estado que vio nacer a Lucas Alamán y Escalada el 18 de octubre de 1792. Hijo de una familia acomodada y minera, durante su juventud fue espectador de la llegada de insurgentes a su ciudad natal. Participó en la vida política del país desempeñándose en diferentes cargos públicos, viajó por Europa. Fue diputado de las Cortes de Madrid y funcionario de gobiernos como los de Guadalupe Victoria, Anastasio Bustamante y Antonio López de Santa Anna.

Fue un hombre de ideas conservadoras, según la mayoría de los historiógrafos, y elemento fundacional de este bando en el México independiente. Sus aportes político-ideológicos e históricos a la tradición intelectual en México y su cercanía con varios gobernantes lo ubican como uno de los pensadores más influyentes del siglo XIX. Murió en la ciudad de México en el año de 1853.

Entre 1849 y 1852 escribió su Historia de México, disertaciones acerca de los temas históricos de un pasado reciente a propósito de un presente que era prioritario reflexionar, analizar y refundar. La construcción nacional estaba en pleno apogeo, los combates por consolidar una doctrina eran parte de las tendencias políticas en el país. Resultaba indispensable sentar bases y crear reglas apropiadas para las acciones de un gobierno y conformar el Estado mexicano.

En su promotoría y defensa de la propuesta conservadora, Lucas Alamán intentó ser portavoz intelectual de esta tradición a través de su obra completa, pero, principalmente, empleando lo histórico como elemental arma ideológica. La noción de conservadurismo está relacionada con una corriente de pensamiento que "se funda en una tradición política cuyos principios chocan abiertamente con la idea de la soberanía y la representación popular".

Con el fin de desarrollar esta empresa intelectual para la creación de un Estado apoyado en la tradición política conservadurista, Lucas Alamán recurriría al análisis y escritura de la historia para abonar su parte al contexto de un presente que lo instigaba a proponer ideas y a mantener principios.

La Historia de Lucas Alamán presenta dos ejes señeros: la revolución de independencia, sentando sus orígenes durante 1808 y con 1819 como año que marca el rostro de la paz; y los pasos de Iturbide hacia el establecimiento de la república federal. También incorpora su versión de los hechos últimos como rastro y memoria de participación, relata y determina los acontecimientos posteriores a 1824. Esta obra permite a su autor desplegar la dicotomía que ofrecen Hidalgo e Iturbide, ambos personajes caben en las representaciones de villano y héroe; apóstata y caudillo; pillo y justo vencedor.

Para el historiador guanajuatense los defensores de la causa realista propugnaron por una civilización próspera. Los demás eran unos aprovechados dispuestos a saquear los bienes de las clases propietarias e ilustradas. Condenó los actos independentistas por ser medios impropios que atacaron creencias religiosas, costumbres, y el orden establecido por igual, entorpeciendo la independencia; caso contrario a Iturbide que, con sus acciones, siempre respetuoso de los intereses y las opiniones, llevó la empresa por los caminos de la conciliación y la justicia política. La Historia de Alamán no era, en general, un alegato contra la Independencia, era más bien una crítica --según algunos revisionistas-- de los drásticos cambios que provocó.

Escrito en: Lucas, Alamán, tradición, política

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