
Milenarios testigos de la historia
Aunque Durango actualmente no es una zona de actividad volcánica ni sísmica, sí lo fue hace millones de años y los testigos de esa historia todavía pueden apreciarse.
A unos 70 kilómetros al norte de la ciudad de Durango se encuentran los enigmáticos volcanes de Ricardo Flores Magón, localidad que custodia prósperas tierras de cultivo y que se ubica entre imponentes formas monolíticas.
En el borde del cono del volcán Jagüey se colocó una especie de mirador para que los visitantes pudieran apreciar el cráter en su esplendor.
En las laderas interiores del cono se pueden distinguir las veredas formadas por cientos de cabezas de ganado que, en esta temporada de estiaje, descienden entre la arena, piedras y pastizal en busca del agua que tiene el cráter del volcán.
Los lugareños se sienten orgullosos de los atractivos que ofrece su región, pero no se explican por qué aún en temporadas tan secas como la que se vive actualmente, el lago del Jagüey no se seca ante la magnitud de ganado que bebe sus aguas.
El cráter encierra y multiplica los sonidos del entorno. Las aves, el mujido de las vacas, las reses bajando en estampida por las ladrras, luego vuelve el silencio.
El camino de descenso paulatinamente se llena de estiércol y los huesos de las vacas que ya nunca salieron del cráter.
Es aquí donde aparece el toque enigmático de esta antigua zona volcánica. Inmediatamente junto al Jagüey está pegado un cráter de mayor diámetro que corresponde al volcán La Breña, que junto con otras dos elevaciones conforman la "cordillera" en la que los pobladores afirman constantes avistamientos extraterrestres.
Los cuatro volcanes ubicados en este punto, que está a unos cinco kilómetros de Flores Magón, tuvieron una breve actividad en su corto lapso de vida pues sólo hicieron una erupción y posteriormente murieron. Ahora sobreviven sus vestigios geológicos en medio de zonas de plantío de frijol que hacen que esta región sea una de las más productivas de Canatlán.
Junto con su vegetación, que para estas fechas se torna semidesértica, habita fauna compuesta por coyotes, liebres, ardillones, tejones, zorrillos, víboras de cascabel, alacranes, tarántulas y múltiples tipos de aves.
Apreciar las diferentes formas geológicas que existen en los volcanes de Flores Magón también es apreciar la historia misma de la coformación de esta región tal como se conoce actualmente, desde piedras con características poco comúnes hasta las extrañas figuras en su suelo y las laderas; con una tonalidad verdosa en su lago interior y sus misteriosas versiones.