
Tienda comunitaria es su única opción
Cada mes hasta las inmediaciones del Espinazo del Diablo, Durango, región que conecta por la carretera libre con el puerto de Mazatlán, 215 personas de Huízar, localidad escondida entre la sinuosidad de lodosas brechas, reciben con puntualidad el abasto de comestibles y artículos de primera necesidad de Diconsa, informó el subgerente estatal, Gerardo Rubén Ontiveros Palacio.
“Llevamos productos suficientes para que la población tenga asegurada su alimentación, incluso en temporada de lluvias cuando los caminos se tornan más complicados”, dijo el titular de la Unidad Operativa, encargada del abastecimiento de comestibles y productos de primera necesidad en el estado de Durango.
Cuando esto sucede, los choferes de Diconsa se ven imposibilitados de llegar a los sitios acostumbrados, por lo que tienen la necesidad de planear, con los habitantes del lugar, fecha y hora para la entrega de mercancía. Son los propios lugareños quienes se encargan de recorrer los últimos tramos hasta la tienda comunitaria.
“Ahí el alimento nunca falta. No importa que la comunidad sea pequeña o que sea remota y peligrosa por naturaleza, rodeada de profundos precipicios y angostos caminos”, añadió.
Debido a ello, agregó, se han establecido estratégicamente los almacenes rurales.
Para estos habitantes, la tienda comunitaria es la única opción de abasto por encontrarse en un lugar de complicado acceso que es un ejemplo de las más de 24 mil localidades en las que Diconsa tiene presencia a través de sus 27 mil tiendas comunitarias a nivel nacional.