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Vivir en como-unidad

Consinsentido

MIGUEL FRANCISCO CRESPO ALVARADO

Todas las ideas tienen una historia: nacieron en un lugar y un momento específico caracterizado por determinadas circunstancias que les brindaron sentido. El carácter universal que se le atribuye a algunas ideas, es decir, su validez para todos los humanos de todas las culturas habidas y por haber, no es más que otra idea, la de la universalidad, que tiene su origen geográfico-epocal. La defensa de cualquier postura que se asume como verdad eterna e inamovible corre el riesgo de caer en el fanatismo.

En la actualidad somos testigos, cuando no partícipes, de discusiones que, como señala MacIntyre, tienden a prolongarse de manera indefinida porque las partes en conflicto son incapaces de reconocer el sentido histórico-cultural de sus convicciones. Alegan estridentemente, no tratando de convencer al otro y menos todavía, de mesurar sus posturas: lo único que les importa es ganar y mostrarse vencedores ante los demás.

Las posturas enfrentadas acusan a la otra de quererles imponer su manera de ver las cosas. Ninguna reconoce que, a su vez, está haciendo exactamente lo mismo que critica. Juntas contribuyen a crear un clima de tensión que no en pocas ocasiones termina con violencia. Ésta, tan poco resuelve el conflicto, sólo lo agrava y crea otros nuevos.

No estoy a favor de que cada uno haga lo que le venga en gana. Vivimos en comunidad y son necesarios acuerdos mínimos que garanticen la convivencia. El eje central de esos acuerdos debe ser el respeto por el otro. Nada más difícil en los tiempos de individualismo ultranza que nos tocó vivir. Pero, si nuestras decisiones partieran de una única regla, la de no hacer daño a otros con nuestras acciones y decisiones, la posibilidad de crear un mundo más agradable para la existencia humana estaría más cerca de lo que está ahora.

Cada crítica que hacemos a los demás, debería ser guía para nuestro comportamiento propio: "si en el otro no me gusta, entonces yo no lo debo hacer". No se trata de "tolerar" (postura por demás chocante, porque el que "tolera" se coloca así mismo en una mejor posición que el "tolerado"); se trata de mostrar a los demás, con nuestro ejemplo y nada más que con nuestro ejemplo, que nuestra manera de vivir funciona para la comunidad.

El mundo actual no necesita "santos"; requiere simplemente de personas que abandonen su egoísmo y comiencen a vivir en como-unidad.

Escrito en: Consinsentido manera, vivir, demás,, nuestras

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