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Retenes antialcohol... ¡pero desde casa!

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Retenes antialcohol... ¡pero desde casa!

Retenes antialcohol... ¡pero desde casa!

JORGE PÉREZ ARELLANO

Desafortunadamente siguen en aumento los trágicos accidentes viales en nuestra ciudad. Alcohol, exceso de velocidad, se han convertido en una pésima combinación para aquellos que en busca de un rato de diversión, han perdido mucho más.

En los últimos días ha crecido el debate de qué hacer con los retenes antialcohol en la ciudad. Aquellos que cuando fueron implementados (ya en forma, con alcoholímetro incluido) por primera vez en Durango, sirvieron para disminuir drásticamente los accidentes viales, pero que ahora parecen ser insuficientes o poco efectivos.

Es cierto que los retenes antialcohol son solo una medida que sirve para tratar de contrarrestar, pero que de poco o nada sirven si no existe una real consciencia ciudadana de su objetivo, de sus alcances y de su forma de operar.

Además, la autoridad encargada de implementarlos también tiene varios factores en contra que provocan que los resultados de dichos retenes sean poco efectivos. Los grupos en redes sociales para alertar de su ubicación, el poco profesionalismo al actuar de los agentes y la corrupción que se percibe al momento de detectar una falta administrativa, son sin duda, los principales obstáculos.

¿Pero qué hay del primer filtro para evitarlo? Sí, ese que debe haber en casa. Hoy, los adolescentes tienen el doble o triple de facilidades que teníamos nosotros y nuestros padres para conducir un vehículo. Pero eso no los exime de responsabilidades.

No quiero sonar anticuado, pero yo pertenecí a una generación donde los padres de familia se turnaban para ir por nosotros a las fiestas, quince años y antros (por lo menos hasta la prepa). Así, se evitaban tragedias y de alguna manera había una supervisión de lo que hacíamos. Sí, eran otros tiempos, pero con medidas que funcionaban.

Después, ya en la Universidad, aquellos que tenían las condiciones económicas para tener un automóvil propio tenían que estarse reportando cada determinado tiempo a su casa o al celular (los que tenían) para decir que todo estaba bien, en qué lugar estábamos y a qué hora regresaríamos a casa.

Ese filtro, por lo que vemos, ha dejado de aplicarse estrictamente. No se debe de generalizar, no dudo que haya padres de familia que sí lo hagan, pero también es cierto que hay casos de quienes les dieron las llaves del vehículo a sus hijos y ya no los volvieron a ver.

Además, tienen razón aquellos que me han comentado en redes sociales que no solo es el consumo de alcohol el problema (que de por sí ya es un tremendo problema), sino la venta y distribución de otro tipo de drogas que pueden pasar un alcoholímetro sin ser detectadas, pero que resultan más peligrosas y que pueden costar la vida de muchas personas.

Algo tenemos que hacer. El problema es serio y las consecuencias son fatales. Es tiempo de debatir y de implementar conclusiones. Hay que endurecer los filtros desde casa, así como en los retenes. Hay que elevar las sanciones contra quienes se atreven a poner en peligro a peatones y conductores y alejar del volante a aquellos que son reincidentes. Algo tenemos que hacer y no podemos ser indiferentes, porque quiera o no, la próxima víctima de un imprudente al volante podríamos ser cualquiera de nosotros... ¿o usted qué opina?

Twitter: @jperezarellano

Escrito en: Sin Restricciones aquellos, poco, padres, retenes

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