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Conservar alimentos sin refrigerar

Conservar alimentos  sin refrigerar

Conservar alimentos sin refrigerar

AGENCIAS

Nos hemos acostumbrado a disponer de un lujo que a veces no apreciamos lo suficiente: el frigorífico y el congelador. Si dejan de funcionar, consumir alimentos frescos se complica bastante. Y conservar los alimentos de la mejor manera posible se convierte en una auténtica odisea si existe un contexto además de escasez.

¡Pero qué hacer y qué no hacer para tratar de alargar su vida útil? incluso si no se trata de una situación de emergencia, es posible.

La conservación a bajas temperaturas requiere de una planificación y unas técnicas que no son tan sencillas.

Lo primero, aunque parezca básico, es conocer por qué y cómo se echan a perder los diferentes productos como carne, pescado, verduras, frutas; cuánto tiempo tarda cada uno de estos grupos en arruinarse y cuáles son los métodos más indicados para cada uno de ellos.

En el caso de la carne y el pescado, por ejemplo, los microbios y las bacterias, perecen rápidamente, en tan solo 24 horas aproximadamente.

Para congelar los alimentos no debería ser inferior a -18º, cada uno de ellos por separado. En determinadas circuntancias, una despensa bien adecuada con hielo podría cumplir las condiciones de refrigeración, pero nunca de congelación. Si el frío es imposible de conseguir, es cuando se tiene que recurrir a otras técnicas que no son tan sencillas como podría parecer.

Si se deshidratan al completo, al no existir humedad no pueden proliferar las bacterias ni los microbios.

Así surge el método de la salazón, el cual nos es familiar especialmente por el bacalao, ya que se consiguió un producto muy concreto que perduró incluso cuando los frigoríficos ya estaban en todos los hogares, aunque desde hace algunos años el fresco haya ganado protagonismo.

 OTRO METO EFECTIVO Para las carnes y pescados, también se puede emplear el adobo y el método del ahumado. El primero es más sencillo: se embadurnan en frío con ajos machacados, plantas como orégano, laurel, tomillo, pimentón dulce y vinagre o vino, ya sean para pescado o carrnes.

Lo básico es, sin embargo, la presencia de los ajos, aceite, vinagre y vino. Se embadurnan las piezas con la pasta y conseguimos que tanto el pescado como la carne aguanten algo más de las 24 horas. Al menos unos días más, pero tampoco conviene confiarse: en función de cómo sea el adobo y las características posteriores de su conservación, pueden acortarlo.

 LA ÚLTIMA OPCIÓN Una alternativa muy interesante es el escabeche, que resulta, al igual que el adobo, fácil de elaborar.

Como en los anteriores métodos, hay que eviscerar y limpiar completamente la pieza y darle un golpe de sartén hasta que se dore. En un recipiente se añade sal, pimienta, clavo, laurel, vino blanco y se deja cocer bien con la pieza dentro a fuego lento. Después, se deja enfriar y se mete en un recipiente bien sellado.

Por último, existe otra gran forma de conservar especialmente carnes y pescados, que se basa en las propiedades antisépticas de aplicar vapores calientes a las piezas: el famoso ahumado. Con vapores que alcancen una temperatura de 35º se pueden elaborar jamones ahumados con el cerdo.

¿Sabías que...?

Un alimento puede descomponerse en tan solo 24 horas, al perecer las bacterias.

El dato

El adobo es más fácil que la salazón; con ajos, aceite, vinagre y vino se alarga unos días la vida de la carne.

Escrito en: alimentos, vinagre, cada, adobo

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