Cinco joyas imperdibles en Durango si piensas vacacionar en el norte de México
Las vacaciones de verano se encuentran a la vuelta de la esquina, y Durango se ha convertido en un destino turístico emergente en los últimos tiempos.
El número de turistas y visitantes crece día con día y es por ello que, si piensas visitar Durango en este periodo vacacional, te presentamos 5 destinos imperdibles con los que te quedarás enamorado.
Mapimí, único pueblo mágico de Durango
Fundado hace más de 400 años, Mapimí es famoso por tener uno de los cielos más hermosos en todo el norte del país, y este forma parte del ‘Camino Real de Tierra Adentro’, el cual entró a la lista de la Unesco en el año 2010.
Se encuentra en el municipio de Tlahualilo y su festividad más importante es la feria del aniversario de su fundación, la cual coincide con la festividad de la advocación del Templo de Santiago Apóstol, ambas se celebradas el día 25 de julio.
Paseo del Viejo Oeste, una vuelta a la historia cinematográfica
Durango es bien conocida por ser la tierra del cine, y estrellas como Ringo Starr, Burt Lancaster, Lee Van Cleef y John Wayne son algunos de los íconos que llegaron a grabar algunas producciones en esta tierra.
El Paseo del Viejo Oeste es una muestra en la cual podrás ver algunos de los antiguos sets que directores como John Ford llegaron a usar para sus películas, mientras disfrutas de espectáculos en vivo, dignos de las mejores cintas western.
La Zona del Silencio, más allá de lo explicable
Si te gusta el misterio y la naturaleza, este lugar es el indicado para ti; ubicado en el bolsón de Mapimí, su nombre proviene del mito que reza que existe un campo magnético alrededor del lugar que bloquea todas las señales de radio.
La fauna del lugar es impresionante, ya que es común encontrar ratas canguro, liebres, búhos y tortugas merodeando por la zona, todo acompañado de una bellísima zona natural protegida por la UNESCO desde 1978.
Parque Fundidora, el primero de su clase
Fundado por el entonces alcalde Juan Nepomuceno Francisco Flores en 1855, este llegó 133 antes que el famoso Parque Fundidora de Nuevo León y fue pionero en su estilo.
Sus ruinas presentan un Durango rústico, adornado con el paisaje natural de la región, y edificaciones antiguas, que muestran la fascinante historia arquitectónica de la entidad.
Museo de Arte Sacro, la religión y la identidad
Los museos no pueden ser infaltables, y el museo de Arte Sacro es un must, incluso si no profesas alguna fe.
Este alberga alrededor de 500 piezas, muchas de las cuales datan de la fundación del estado de Durango en 1563; el ‘Tenebrario’ es su mayor atractivo, obra única que era usada comúnmente en los viernes santos, y la cual es una de los más antiguas de su clase en todo México.