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LETRAS DURANGUEÑAS

¿Encontraría a Julio Cortázar?

¿Encontraría a Julio Cortázar?

¿Encontraría a Julio Cortázar?

ÓSCAR JIMÉNEZ LUNA

Acercarse a la obra del escritor argentino Julio Cortázar es, se dice con toda razón, adentrarse a una múltiple caja de espejos, donde la imaginación refleja mundos extraordinarios, habitados por personajes a la vez tan llenos de vitalidad como los que nos encontramos a diario en una calle soleada, un café nostálgico o un jardín de cualquier lugar del planeta. Sus cuentos, novelas y ensayos son, pues, esas aristas radiantes de su prisma literarios. Y su nombre, también lo sabemos, va siempre ligado a otros grandes de las letras latinoamericanas, ya universales: Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa.

A la lectura placentera -nunca mejor dicho- de su magnífica obra, se ha unido una verdadera pléyade de reflexiones y análisis sobre sus propuestas literarias. Su bibliografía es considerable, y sus ediciones en numerosos idiomas son notables. Por nuestra parte, en México contamos, entre otros títulos, con un libro para tenerse cerca: "Imagen de Julio Cortázar", de Ignacio Solares (FCE, UNAM, UdeG, 2002). Asimismo, en los tiempos que corren, va la pena leer a otro buen conocedor del cronopio mayor, Eduardo Casar, y seguir sus amenas charlas acerca del tema.

Con este breve marco referencial, nos es muy grato presentar esta tarde calurosa de mayo, en uno de los sitios más emblemáticos para los duranguenses, la Casa de la Cultura, un ensayo dedicado a "Rayuela", (1963), la novela más reconocida del célebre autor. Este trabajo de interpretación, "El Existencialismo de Julio Cortázar. La interrogante existencial de los arquetipos humanos", se debe a una de nuestras escritoras de mayor valía, Leticia Salazar Castañeda, esencialmente poeta, y con publicaciones que han dejado huella también en la narrativa norteña, como su novela "Bernabé", que ya conoce diversas ediciones. Ahora nos entrega, digo, su propia "lectura" de la historia de Horacio Oliveira y la Maga. Enhorabuena.

La escritora duranguense se propone, y así lo deja claro desde las primeras páginas de su estudio, detenerse en la citada novela de Cortázar desde una perspectiva existencialista. Para este propósito revisa un buen número de teorías de grandes pensadores, por ejemplo, cuando revisa a Horacio Oliveira acude a postulados de Nietzsche, para después avanzar hacia Kierkegaard, quien, según se lee: "Declara lo importante que es para el espíritu reconocer que se tiene miedo no sólo de objetos o situaciones específicos, sino también de ese sentimiento de aprehensión general, que el filósofo danés llamó "temor", interpretado como una disposición de Dios para requerir de cada individuo un compromiso ante su forma de vida particular".

Al ensayo que nos ocupa lo anima y se apoya en una base teórica atendible, como ya se dijo, representados por literatos y filósofos, principalmente, que estimula la lectura de alto nivel. Incluso va más allá: se lleva a cabo una especie de introducción en la propia índole psíquica de los personajes, incluido por supuesto Morelli, que le da a la novela el sentido en donde encajan todas las piezas de la historia. Así, la nombrada "antinovela", cobra cierta normalidad, y se inscribe, con todas sus innovaciones estructurales y estilísticas, dentro de la tradición narrativa.

Estamos, entonces, ante un trabajo de investigación que requiere de nosotros más que una primera lectura. Tal es la profundidad de sus alcances y motivaciones.

Al releer el presente ensayo, me ha quedado la agradable inquietud de volver a algunos autores imprescindibles del siglo XX, Heidegger, por mencionar uno. Y evidentemente, repasar las páginas de esa obra maestra, "Rayuela", que desató en nosotros tantas sugerencias en el pasado, su música verbal, las caudalosas alusiones pictóricas, jazzísticas, poéticas. Y como duranguense, permítanme decirlo, me da gusto que contemos entre nosotros a una escritora que haya dejado parte de sus esfuerzos a pensar en la obra de Cortázar. No se trata, en suma, de una lectura fácil; sin embargo, el análisis tiene su recompensa. Ver esta historia por sus cavernas existenciales. De nuevo, enhorabuena, por tan meritorio empeño intelectual. Leticia Salazar encontró, eso sí, al gran Julio Cortázar.

(Parte de la presentación del libro de referencia, ocurrida el pasado sábado 25 de mayo, en la Casa de la Cultura).

Escrito en: letras durangueñas escritos Durango Julio, novela, lectura, nosotros

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