El año que termina ha marcado cambios en un tiempo tan corto que apenas estamos asimilándolos, sin vislumbrar todavía la magnitud de sus efectos. A nivel internacional, la Presidencia de Donald Trump ha cambiado los paradigmas del comercio internacional y de la geopolítica que habían dominado las interacciones entre países durante las últimas cuatro o cinco décadas.
Al considerar que todavía le quedan tres años más en la Presidencia de su país, la magnitud de los cambios que ha impuesto y los que seguramente impulsará, es todavía incierta.
A nivel nacional, la llegada de una mujer a la Presidencia de la República rompió un techo de cristal para las mujeres, lo cual se celebra, pero al mismo tiempo no se le percibe totalmente independiente de su antecesor.
La Presidenta tiene niveles de aprobación relativamente altos, aunque a la baja, ya que carga con los costos -financieros, políticos y sociales- resultado de las ocurrencias con las que gobernó el anterior Presidente de la República y no ha querido -o no ha podido- eliminar los lazos políticos que la unen con quién decidió que ella era la mejor opción para continuar su movimiento político, pero sin traspasar por los límites impuestos por su fundador.
Si la Presidenta puede tener mayor margen de maniobra política durante el año que está por comenzar o sigue sin cruzar los límites impuestos por su antecesor es algo que se definirá durante el año 2026 y también durante el proceso de definición de candidaturas de la coalición dominante rumbo a la elección intermedia de 2027, que incluye la renovación de la Cámara de Diputados y varias gobernaturas.
No sabemos todavía la magnitud del cambio del Poder Judicial, sabemos, por las condiciones en que se dio este proceso, que muy seguramente tendrá un impacto negativo en la sociedad, pero su magnitud permanece incierta.
A nivel tecnológico, la Inteligencia Artificial seguramente incrementará los niveles disruptivos que ha tenido en muchas áreas de nuestra vida cotidiana, sin embargo, hay inversionistas que apuestan a que el incremento de inversiones que ha tenido terminará y con esto habrá un colapso de las acciones de las empresas que lideran esta nueva ola de innovación tecnológica.
Es claro que la Inteligencia Artificial llegó para quedarse y su impacto en nuestras vidas será, seguramente, mucho más profundo que los grandes cambios tecnológicos previos, como el internet o las computadoras personales, por ejemplo. Lo que está en duda es si son sostenibles las inversiones por cientos de miles de millones de dólares que las compañías están haciendo para avanzar esta tecnología con la velocidad que lo está haciendo.
En resumen, el año que está por comenzar traerá la consolidación de grandes cambios que se han gestado a lo largo de 2025 y los años anteriores. A lo largo de 2026 tendremos una mejor idea de como impactaran en nuestra vida cotidiana, habrá que prepararse para ello.
Esta época del año marca un aniversario más de esta columna, que inició el 25 de diciembre del ya lejano año 2008. Como en cada aniversario deseo agradecer a todo el personal que labora en el mejor periódico de nuestro estado, El Siglo de Durango, encabezados por el Lic. Jorge Pérez Arellano, por su confianza al permitirme expresar mis opiniones con total libertad.
De igual manera, agradezco a todas y todos los lectores de El Siglo de Durango por permitirme hacerles llegar mis puntos de vista, y, en conjunto con mis compañeros de estas páginas editoriales, espero que puedan serles de utilidad para formarse un criterio propio respecto de la realidad que vivimos día a día.
A usted y su familia, mis mejores deseos en este año 2026 que está por comenzar.
X: @jesusmenav