A 10 años: La cacería de 'El Chapo' que dejó heridos y poblados abandonados
La madrugada del 16 de octubre de 2015 marcó un episodio crucial en la historia de la lucha contra el narcotráfico en México. Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, logró evadir un operativo de la Marina en la sierra entre Durango y Sinaloa, tras resultar lesionado durante su huida, según confirmaron autoridades federales.
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Huida y heridas en la sierra
El gobierno informó que Guzmán sufrió lesiones en una pierna y en el rostro al realizar una “huida precipitada”, no como resultado de un enfrentamiento directo.
Aunque las autoridades evitaron precisar el momento exacto del escape, múltiples reportes ubican el epicentro de la operación en municipios remotos de Durango con incidencia hacia la zona montañosa colindante con Sinaloa.
La cacería de las fuerzas federales dejó huellas palpables, techos perforados, automóviles calcinados y poblados abandonados. Vecinos de localidades como Tamazula narraron cómo huyeron despavoridos tras bombardeos desde helicópteros y disparos constantes en sus viviendas. En comunidades cercanas como El Limón se reforzó la presencia naval, impidiendo el paso incluso de periodistas e investigadores.
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La omisión del cerco
Fuentes oficiales confirmaron que, aunque la Marina emprendió acciones coordinadas en la sierra, la captura de Guzmán no fue consumada. En paralelo, se aseguró que la operación respetó los derechos humanos, al tiempo que se negaban ataques directos sobre la población civil.
Sin embargo, el hermetismo y la custodia extrema en los terrenos rurales limitaron la corroboración independiente de los hechos, dejando dudas sobre la magnitud real del operativo.
Este episodio profundizó la narrativa del escapismo y la capacidad de infiltrar las fronteras del Estado por parte del crimen organizado. En aquel momento, Guzmán ya había protagonizado fugas previas, y este nuevo episodio reforzó su figura mediática y el desafío que representaba para las instituciones mexicanas.