A 9 años de 'La Tormenta Perfecta', tragedia que cobró vidas duranguenses
A nueve años del devastador fenómeno climatológico que marcó la historia de esta ciudad, aún persisten las cicatrices físicas y emocionales que dejó aquella noche lluviosa. El jueves 29 de septiembre del 2016, lo que comenzó como un jueves más, se convirtió en una de las tragedias más profundas para familias duranguenses, cuando las precipitaciones arremetieron con fuerza y arrastraron vidas, hogares y esperanzas.
¿Qué fue lo que sucedió?
Ese día, las lluvias se intensificaron durante la tarde y noche, alimentadas por un sistema frontal combinado con bajas presiones en el Golfo de México y el Pacífico. A pesar de advertencias climáticas previas, las precipitaciones se tornaron poco manejables, provocando que avenidas y la red vial se inundaran en cuestión de horas.
Zonas como la colonia Ampliación Valentín Gómez Farías fueron particularmente golpeadas. Vecinos relataban cómo se vieron obligados a evacuar sus viviendas alrededor de las 23:30 horas, ante el desbordamiento de la presa del Hielo cercana.
Muchos lograron refugiarse en casas ubicadas en zonas altas, pero otros no corrieron con la misma fortuna. Las corrientes, traicioneras, arrastraron a quienes intentaban escapar.
Una cifra dolorosa
Al cierre de la jornada, se confirmaron cinco muertes entre quienes intentaron huir de las aguas crecientes. Además, decenas de viviendas quedaron destruidas, árboles cayeron, y muchas colonias registraron inundaciones que superaron el metro de altura. En el ámbito material, las pérdidas fueron cuantiosas.
A un día del desastre, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ya había emitido alertas sobre una tormenta de gran magnitud. Sin embargo, la respuesta de las autoridades locales fue limitada, se hicieron publicaciones en redes sociales, sin difundir en medios accesibles a toda la población. Protección Civil, en ese momento, indicó que la lluvia era “atípica” y difícil de prever en magnitud, justificando la falta de acciones preventivas.
Pese a que desde 2003 se identificaron zonas de riesgo por inundaciones en la ciudad, aunado a ello, en 2012 se elaboró un Atlas de Riesgos con datos geológicos, hidrológicos y climáticos, no hubo avances contundentes en prevención aplicable.
Áreas como Santa María y Maderera ya se reconocían como proclives al desbordamiento, pero la tragedia dejó en claro que los diagnósticos no bastan sin acción.
Memoria persistente y lecciones pendientes
Familias que perdieron seres queridos, viviendas o pertenencias esa noche con dolor y exigencia. En redes sociales comparten videos, fotografías y testimonios que vuelven a poner el tema sobre la mesa.
En estos nueve años, Durango ha vivido lluvias esporádicas y eventos climatológicos moderados, pero aún no hay indicios claros de que el estado cuente con un sistema robusto de prevención y alerta.
