En un ambiente de fervor y emoción, católicos duranguenses recibieron este jueves la reliquia de San Judas Tadeo, quien es considerado el patrono de las causas imposibles.
Es la primera vez que las reliquias de un apóstol de Cristo están en Durango, por lo que decenas de personas se congregaron en la Catedral, para recibir la imagen del santo, junto con la reliquia de su brazo.
Permanecerá en la ciudad hasta el próximo domingo, para ser trasladada posteriormente a Querétaro, donde continuará el recorrido por el país de las reliquias que normalmente se encuentran en el Vaticano.
La última vez que se registró un hecho así fue en 2017, cuando llegaron las reliquias de Santa Teresa de Calcuta, sin embargo, esta es la primera vez que se trata de un apóstol.
Las reliquias llegaron desde Mazatlán a la Catedral de Durango en un vehículo especial; y por la tarde serán trasladadas al Centro de Reinserción Social (Cereso) número 1.

En la Catedral, una multitud de católicos veneró al santo, llevando una petición o agradecimiento especial. Varios intentaban acercarse al mismo tiempo, por lo que se implementó una organización para que pudieran pasar en orden.
Algunos se arrodillaron ante la imagen de San Judas Tadeo e inclusive hubo quienes no pudieron contener las lágrimas.
Reliquia de primer grado
El padre Noé Soto explicó en entrevista que se trata de un santo muy venerado en México, ya que es el patrono de las causas imposibles, “así lo consideramos y por eso la devoción es muy amplia. Viene de visita durante tres días aquí a nuestra Arquidiócesis de Durango, es una reliquia que viene directamente de Roma, de primer grado, es decir, un resto mortal del apóstol que caminó con Jesús, que convivió con Jesús y que ahora nos puede ayudar con su intercesión para obtener de Dios lo que nosotros necesitemos”.

“Al ser una reliquia de primer grado se tiene una veneración especial y por eso se está congregando ya la feligresía aquí en la Catedral. Posteriormente vamos a llevar esta reliquia al Cereso, allí con los privados de su libertad que también tienen mucha devoción. Estará posteriormente en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y luego tenemos la intención de llevarla también al templo de San Judas Tadeo”, manifestó.

Trascendencia de la visita
Las reliquias de los santos son los restos del cuerpo o de una vestimenta de quien fuera un santo y pueden ser de tres grados: 1er grado, un fragmento del cuerpo; de 2do grado, un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida; y de 3er grado, cualquier objeto que ha sido tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba de un santo. En este caso, se trata de una reliquia de primer grado de un apóstol, por lo que resulta de mayor trascendencia.
“Reliquia de primer grado de los apóstoles, prácticamente es la primera vez que la tenemos. De los apóstoles es difícil traer las reliquias, normalmente están en Roma, están allá en las grandes basílicas y el hecho de tener una reliquia de este grado de un apóstol, pues es significativo para nosotros. Aquí tenemos reliquias de muchos santos, tenemos reliquias de santos ya más cercanos a nosotros, pero tenerla de un apóstol, pues es un hecho extraordinario y por eso la feligresía está motivada y está viniendo para este encuentro”, complementó.
Este santo es una de las devociones más arraigadas en México, después de la Virgen de Guadalupe, gracias a los millones de milagros que se le atribuyen a su intercesión.

El cardenal Angelo de Donatis, vicario general de su santidad para la Diócesis de Roma y la Congregación para las causas de los santos, autorizó el permiso correspondiente para que la reliquia viajara a México, y pudiera visitar las diferentes diócesis de la República Mexicana.
En México, el día 28 de octubre se celebra a San Judas Tadeo, quien aparece en la lista de apóstoles de Jesucristo en varios versículos de la biblia y que es diferenciado de Judas Iscariote.

De acuerdo a información de la Arquidiócesis, no se sabe mucho de la vida de San Judas Tadeo después de la Ascensión del Señor y la venida del Espíritu Santo. En la liturgia romana se celebra también al Apóstol San Simón, y hay datos de que ambos predicaron el Evangelio varios años en Persia y ahí fueron martirizados.