La vez que los estudiantes 'lograron' la destitución de un directivo del ITD
El Instituto Tecnológico de Durango (ITD) ha enfrentado diversas crisis internas a lo largo de su historia, y es que con la actual pelea entre la comunidad estudiantil y la administración del director Guillermo de Anda, da pie a recordar cuando el alumnado logró "quitar" del poder a su directivo.
Protestas, acusaciones y una dirección bajo presión
En 2011, el Instituto Tecnológico de Durango vivió uno de sus episodios más intensos de confrontación interna, un conflicto que terminó con la salida de su entonces director, Amado Palomino Solórzano.
Su nombramiento había generado rechazo desde el inicio por parte de estudiantes y miembros del sindicato, quienes consideraban que la designación no respondía a los consensos internos que históricamente habían acompañado la dirección del Tecnológico.
¿Qué derivó su "renuncia"?
La inconformidad se transformó en movilización, los grupos opositores realizaron protestas al interior del campus y, eventualmente, decidieron tomar las instalaciones. Esa toma se prolongó por meses, afectando el funcionamiento administrativo y académico de la institución.
La situación escaló tanto que el plantel terminó perdiendo temporalmente su certificación ISO 9001-2008, pues no había condiciones para que los auditores realizaran su evaluación mientras el edificio permanecía bloqueado.
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La renuncia que puso fin
Después de casi doce meses de tensión, desgaste institucional y falta de acuerdos entre las distintas partes, Amado Palomino Solórzano presentó su renuncia. La salida se dio bajo el argumento oficial de que se trataba de una decisión personal, sin embargo, dentro del ITD, tanto estudiantes como trabajadores interpretaron el hecho como un resultado directo de la presión social y de la imposibilidad de retomar la normalidad bajo su dirección.
Su renuncia permitió destrabar el conflicto y abrió el camino para restablecer las actividades del Tecnológico, así como para recuperar la certificación que se había perdido durante el periodo de bloqueo.
Un antecedente que vuelve a resonar
A más de una década, este episodio sigue formando parte de la memoria colectiva del ITD. Cada que ocurre un nuevo desacuerdo o se cuestiona la gestión directiva, como sucede actualmente, surge inevitablemente la comparación con aquel 2011.
Para muchos dentro del Tecnológico, aquel caso demuestra el peso que puede tener la comunidad cuando actúa de manera colectiva, para otros, es un recordatorio de los riesgos que implica llegar a un punto de ruptura. Lo cierto es que fue un momento que marcó a la institución, y que hoy vuelve a mencionarse como referencia ante los conflictos actuales.