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LETRAS DURANGUEÑAS

Las hojas del junco

Las hojas del junco

Las hojas del junco

ÓSCAR JIMÉNEZ LUNA

No era de imaginarse lo que le esperaba al libro de la filóloga y novelista Irene Vallejo (Zaragoza, 1979). Todavía en ese junio de 2020, cuando comencé a leer la obra, en su onceava edición, y en medio de la preocupación por la pandemia del coronavirus, desatada por todo el mundo, había pocas notas al respecto, incluso en esa caja de espejos múltiples que es el internet. Había encontrado el título en El Péndulo (generalmente rastreo lo que me parece que me puede interesar) y pedí la novedad con entrega a domicilio.

Lo que ha sucedido después ha sido verdaderamente espectacular. Las rediciones del volumen han corrido como río desbordado, el ensayo inicia su viaje a otros idiomas y a la autora -ocupada en innumerables entrevistas- se le otorgan merecidamente premios y reconocimientos también por todos lados. "El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo" (Siruela, 2019) abrió sus alas y no tardará mucho en empezar a echar raíces. Yo no salgo de mi asombro, complacido. No recuerdo algo que se le parezca desde que el gran Gabriel García Márquez levantaba literalmente pirámides de ejemplares de sus nuevos libros. Allá se trataba de novelas y cuentos...y acá lo que nos ofrece es una historia en donde el personaje principal es, ni más ni menos, ¡que el propio libro! Vaya pues ¿qué ha ocurrido entonces? Digo más: alertaban que el libro de papel ya se iba, sabíamos que ciertos temas, como el que nos ocupa, nada más le interesaban a los especialistas con credenciales académicas ¿o no?

Poco a poco la bruma ante este extraordinario fenómeno editorial se va difuminando, luego, claro, tras el placer prolongado de la lectura: Irene Vallejo ha tejido un escrito con los hilos de la narrativa y las agujas de la rigurosa investigación académica. Por mi parte, lo planteo en una afortunada fórmula integrada en la estructura de un tríptico discursivo:

A) Prosa ensayística. Información erudita acerca de la evolución del libro.

B) Escenas en tiempo presente. Descripción de lugares y personajes que apoya la narración general de la obra.

C) Relato autobiográfico de la autora. Alusiones a la experiencia lectora de Irene Vallejo.

Así, el lector avanza por esos caminos, alternadamente, entre la aproximación al ancho universos de la palabra hablada, su "descenso" a la escritura, la fijación en el papiro, el pergamino, el papel...para llegar a la era digital. Es verdad que una parte muy importante de todo esto lo podemos encontrar en tantísimos libros más (como los debidos a José Martínez de Sousa o Lucien Febvre y Henri-Jean Martin, para solamente dar dos ejemplos), apuntarán algunos con razón, sin embargo, como queda dicho, la autora ha escogido darle al texto el beneficio de las artes literarias (la madre leyéndole a la niña Irene sus primeros cuentos).

En ese ir y venir en los tiempos, el libro nos sitúa en la antigüedad egipcia, el imperio romano, sin dejar de lado las presencias de Homero, Sócrates, Lucrecio...y entre los nuestros las de Borges, García Márquez, Rulfo, Vargas Llosa, quien -anoto de paso-, se ha referido al "El infinito..." como una obra maestra. Además de recordar películas que abordan el tema, como la memorable por magistralmente realizada "El cielo sobre Berlín", centrada en aquella escena en que los ángeles recorren la biblioteca, admirados y sensibles al observar a esos seres extraños que van conociendo: los lectores.

Agradable e ilustrativa, son enormes las alegrías y lecciones que nos da esta obra. Otra hoja de la planta infinita. Un libro, en resumen, que será para nosotros muy buena compañía.

Escrito en: letras durangueñas Durango escritos Irene, libro, autora, García

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