¿Lluvias atípicas o falta de infraestructura? Un dilema que preocupa en Durango
Las lluvias recientes en Durango no solo brindaron alivio por las altas temperaturas, también encendieron la conversación sobre qué tanto estamos preparados para recibirlas. Y es que, con cada aguacero, la ciudad parece enfrentarse al mismo dilema: ¿se trata de fenómenos atípicos o simplemente de deficiencias en la infraestructura?
El último fin de semana, la Dirección Municipal de Protección Civil reportó 42 emergencias atendidas: encharcamientos, vehículos varados y hasta una persona atrapada. Aunque los incidentes fueron catalogados como “menores”, las escenas de calles inundadas y automóviles detenidos muestran otra cara: la de una ciudad vulnerable ante cada tormenta.
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La basura, el eterno dolor de cabeza
A esto se suma un problema crónico: la basura. Tan solo el 24 de agosto, las cuadrillas retiraron 2 toneladas de desechos, entre ellos 70 llantas, que obstruían el paso del agua. Con este acumulado, ya son 11 toneladas de basura recolectadas en la temporada de lluvias, una cifra que refleja la falta de limpieza urbana y el mal hábito de tirar desechos en la vía pública.
Las imágenes que circularon en redes sociales son contundentes: avenidas convertidas en ríos improvisados y familias atrapadas en sus vehículos esperando ser auxiliadas. En la avenida Factor, por ejemplo, los cuerpos de emergencia tuvieron que rescatar a una familia, incluida una persona mayor, que quedó varada con el agua cubriendo media unidad.
Más allá de la lluvia, lo que aflora es una ciudad que no termina de adaptarse a su propia realidad. Sí, las tormentas pueden ser intensas, pero el verdadero problema aparece cuando el drenaje se ve rebasado, las rejillas están tapadas o la basura bloquea la salida natural del agua.
La pregunta está en el aire: ¿qué pesa más, las lluvias “atípicas” o la falta de una infraestructura urbana capaz de enfrentarlas? Mientras tanto, cada chubasco parece recordarnos que la naturaleza no espera… y que Durango necesita respuestas más firmes que paraguas improvisados.