El siglo de durango
Polvo de adentro
Polvo de aquí
Polvo de allá
Polvo de más allá del ojo
Polvo de silencio cultivado en los siglos idos
Polvo abyecto desde la matriz del poder
Polvo nefando en la toga y el birrete
Polvo de asesinos con polvo asesino
Polvo de todos los días en rostros de polvo estúpido
Polvo de esa vida inútil en la sonrisa polvorienta
Polvo claudicado por la palabra ruin cobarde polvosa
Polvo en la ciudad del polvo polvoroso
Polvo en la música atrofiada de la conciencia en sí
Polvo rojo domeñado en sesenta y seis, en setenta no revoluciones
Polvo sin color ni esencia en la plaza de las armas de los verbos
De tu palabra
Polvo del alma del espíritu en interrogación mayor
Polvo más allá del agua estancada ignominiosa
Polvo en el corazón mentiroso de la geografía no transpirada
Polvo azul en el cielo personal colectivo perezoso
Polvo de oro y plata en leyendas oscuras de tres centavos
Polvo de hierro en la montaña maldita siglo a siglo
Polvo de polvo en la historia falsaria
Polvo de tinta roja en las ramas de los árboles hermanos
Viene la música
Es un tambor que vibra en el firmamento
Es un golpe de aire amable en el oído
Es una madeja de colores en el cerebro
Es el corazón que escribe cabalga en su llanura
Es aquel silencio en la inicial pregunta...