Productores de frijol en Durango, con temor por falta de lluvias

Casi 200 mil hectáreas de frijol ya han sido sembradas en Durango, y falta alrededor del cinco por ciento para concluir la siembra. Sin embargo, las lluvias han estado ausentes durante las últimas tres semanas, lo que mantiene en alerta a los productores.

Rubén Ibarra Alcántar, presidente del Sistema Producto Frijol, informó que estas hectáreas fueron sembradas gracias a las lluvias registradas a principios de julio. No obstante, reconoció que muchos agricultores no tenían listas sus tierras cuando comenzaron las primeras precipitaciones a finales de junio. Esto provocó retrasos, ya que el exceso de humedad impidió el ingreso de maquinaria, y algunos aún no han logrado sembrar.

El problema, explicó, es que, aunque al momento de sembrar había buena humedad en el suelo, ya se cumplieron casi tres semanas sin lluvias, por lo que ahora las plantas necesitan agua para desarrollarse. Si en una semana no llueve, podrían encenderse las alertas, pues quienes sembraron más temprano podrían comenzar a enfrentar afectaciones que impacten en la producción.

En la zona predominantemente frijolera, que va de Pánuco de Coronado, Guadalupe Victoria y Cuencamé, no se han reportado afectaciones graves por la plaga de chapulín, a diferencia de lo ocurrido en el municipio de Durango y en Canatlán.

“Sí tenemos presencia de chapulín, no podemos decir que estamos libres, pero no ha sido una plaga severa como en otros municipios. Los productores están trabajando para evitarlo”, señaló Ibarra Alcántar.

Sobre las pocas hectáreas que aún no se han sembrado, indicó que algunos productores planean arriesgarse a sembrar frijol, aunque ya no es la temporada adecuada, con la esperanza de que las heladas se retrasen.

También destacó que en la región hay muchas tierras sin sembrar, no tanto por falta de recursos, sino por la incertidumbre que generan las lluvias irregulares. “Ya no hay productores de autoconsumo; hoy el productor mediano siembra entre 80 y 120 hectáreas. Son pocos los que siembran 50, y prácticamente han desaparecido los que cultivaban entre 20 y 30. Ya no es rentable sembrar pocas hectáreas”, enfatizó.

Por ahora, los productores se mantienen a la expectativa de que la naturaleza les favorezca con nuevas lluvias para asegurar el desarrollo de la cosecha.