
Compensación. Esto daría certeza jurídica, regularidad y suficiencia a los apoyos que reciban los médicos residentes.
El siglo de durango
JUAN M. C?RDENAS
El siglo de durango
En la Cámara de Diputados a nivel federal se presentó una iniciativa de reforma para que toda persona que se encuentre en internado de pregrado o en residencia de especialización reciba un pago mensual, durante el periodo de formación profesional, por parte del establecimiento de salud al que haya sido asignada.
La propuesta de la diputada federal Liliana Ortiz Pérez propone adicionar un párrafo al artículo 95 de la Ley General de Salud para que dicho pago no sea inferior al salario mínimo mensual vigente, y su retribución se dé regular, suficiente y proporcional al tiempo de residencia y a la carga horaria del programa formativo.
La legisladora detalló que la Ley General de Salud reconoce la residencia como modalidad de formación, pero no obliga a las instituciones públicas a garantizar apoyo económico durante dicha etapa; mientras que en la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, aunque establece principios de apoyo al posgrado, no incluye explícitamente la residencia médica como un campo prioritario o protegido.
La propuesta, enviada a la Comisión de Salud, resalta que con la reforma se busca subsanar un vacío normativo estructural que ha colocado a decenas de miles de médicos residentes en condiciones de precariedad e incertidumbre, a pesar de que su labor es indispensable para el funcionamiento cotidiano de hospitales y clínicas.
Se estimó que más de 40 mil médicos residentes se forman anualmente en México en áreas como medicina interna, pediatría, anestesiología, cirugía, ginecología, urgencias, entre muchas otras, a través del régimen de residencia médica. Además, cursan estudios de especialización médica en instituciones de educación superior, principalmente públicas, al tiempo que realizan prácticas clínicas obligatorias en condiciones demandantes y de alta responsabilidad.
Se hizo la precisión de que la residencia médica no es un curso teórico ni un seminario académico, sino una modalidad intensiva de formación que implica una relación práctica, presencial y continua con los pacientes en hospitales públicos, donde los residentes participan en urgencias, quirófanos, visitas médicas, guardias prolongadas, en horarios de 24 o 36 horas continuas, así como en tareas administrativas, enseñanza clínica y protocolos de investigación.