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BEBÉ SUSTRAÍDA

Robo de menores en hospitales de Durango: 15 años después, la historia se repite

La misma historia, el mismo hospital, distinto bebé: Durango no aprendió la lección.

Robo de menores en hospitales de Durango: 15 años después, la historia se repite

Robo de menores en hospitales de Durango: 15 años después, la historia se repite

JORGE LUIS CANDELAS

El robo de una bebé del Hospital Materno Infantil de Durango el pasado jueves 23 de octubre reavivó una pregunta que muchos creían superada: ¿cómo es posible que, 15 años después, vuelva a ocurrir lo mismo en el mismo hospital?

El caso de la pequeña Judith Alejandra no solo conmocionó a la capital duranguense; también destapó un patrón que se repite desde 2010, con los mismos errores, el mismo disfraz y las mismas promesas de reforzar la seguridad.

El caso 2025: una historia que indigna

Judith Alejandra nació prematura, a los ocho meses de gestación. Permanecía internada en el área de neonatos del Hospital Materno Infantil cuando, la tarde del jueves 23 de octubre de 2025, una mujer vestida con uniforme clínico ingresó al área y sustrajo a la bebé sin ser detectada.

Tras activarse la Alerta Amber, la menor fue localizada con vida casi 24 horas después, envuelta en una sábana blanca y abandonada en un fraccionamiento al sur de la ciudad.

De acuerdo con versiones extraoficiales, una mujer identificada como Karla Daniela, originaria del municipio de Rodeo, Durango, habría sido detenida como presunta responsable de la sustracción.

Fuentes locales señalan que la detención ocurrió luego de ser ubicada por autoridades estatales tras abandonar a la menor en el fraccionamiento Hacienda Las Flores.

En tal sentido, la Fiscalía General del Estado confirmó oficialmente la detención de dos mujeres, señaladas como presuntas responsables del robo de una bebé en el Hospital Materno Infantil, en la ciudad de Durango.

No es la primera vez

Lo más inquietante es que esta no es una historia nueva.

En abril de 2010, en el entonces Hospital General de Durango —hoy el mismo Hospital Materno Infantil—, ocurrió un caso idéntico.Una mujer se vistió de enfermera y logró sacar a un recién nacido del cuarto piso sin que nadie la detuviera. Se trataba de Lorena Georgina Roldán García, de 32 años, ex practicante de enfermería en el mismo nosocomio, quien conocía los movimientos del personal y burló la vigilancia con facilidad.

Las cámaras internas permitieron identificar su rostro, y el Sistema Municipal de Monitoreo rastreó su recorrido hasta el hospital ABC, donde finalmente fue detenida con el bebé.

Un año y cinco meses después, la justicia dictó sentencia: seis años y ocho meses de prisión, además de una multa de 26 mil 208 pesos por retención y sustracción de menores.

Quince años después, el mismo hospital vuelve a estar en el centro de un escándalo idéntico.

Solo cambió el nombre, no las fallas.

El antecedente de Gómez Palacio

El problema tampoco se limita a la capital. En 2016, en el municipio de Gómez Palacio, una pareja engañó a una joven madre con la promesa de ayudarla a registrar a su bebé ante el Seguro Social. Aprovechando la confianza, se llevaron al niño de 17 días de nacido y desaparecieron.

Aunque el hecho no ocurrió dentro de un hospital, sí evidenció otro punto débil: la suplantación institucional y la facilidad con la que cualquiera puede hacerse pasar por personal médico o de apoyo.

Un patrón que Durango no puede seguir ignorando

Tres casos, tres contextos distintos, pero una misma constante: el descuido institucional.

En los hospitales públicos de Durango, las batas abren puertas que deberían permanecer cerradas, y los filtros parecen más simbólicos que funcionales. El robo de Judith Alejandra no fue una casualidad ni un hecho aislado: fue la consecuencia de un sistema que no aprendió de su pasado.

¿Dónde están los protocolos?

En México existe el Código Rosa, protocolo de emergencia que activa medidas inmediatas cuando un menor desaparece dentro de un hospital: cierre de accesos, bloqueo de salidas, comunicación con autoridades y revisión de cámaras en tiempo real.

Pero en el caso del Hospital Materno Infantil, las autoridades no han aclarado si ese protocolo existía, si se activó o si el personal estaba capacitado para hacerlo.

El silencio institucional pesa más que las declaraciones oficiales.

La indignación y el miedo

Afuera del hospital, madres que dieron a luz recientemente exigieron revisar los brazaletes de identificación, limitar el acceso a visitantes y verificar las credenciales del personal.

El clima es de enojo e incertidumbre: “si no están seguros ni los recién nacidos, ¿quién lo está?”. Mientras tanto, la sociedad civil pide que el caso no se cierre con una conferencia de prensa, sino con cambios reales.

Tres casos, una advertencia

En Durango, la historia se repite con dolorosa exactitud. Un mismo hospital, el mismo descuido y el mismo disfraz. El caso de Judith Alejandra no debería cerrarse como un episodio más, sino como la señal definitiva de que los hospitales públicos deben garantizar seguridad, no solo atención médica.

Porque 15 años después, no hay excusa posible: el olvido también puede ser cómplice.

Escrito en: SSD HOSPITAL MATERNO INFANTIL Fiscalía Bebé sustraída Durango mismo, después,, Hospital, caso

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