Trump reconoce falta de trabajadores tras las redadas contra migrantes; 'se avecinan cambios', dijo
En un giro inesperado, Donald Trump reconoció públicamente que las redadas migratorias implementadas durante su nueva campaña de mano dura han provocado una escasez significativa de trabajadores en sectores clave de la economía estadounidense.
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El expresidente, quien busca volver a la Casa Blanca en 2025, admitió que el retiro masivo de migrantes indocumentados está impactando directamente en industrias como la agricultura, la construcción y los servicios.
Durante un acto de campaña en Ohio, Trump fue cuestionado sobre los efectos colaterales de sus operativos migratorios. Aunque defendió sus políticas como necesarias para el “orden y la legalidad”, también aceptó que el retiro de mano de obra extranjera ha generado “dificultades evidentes” para empresarios y productores. “Sí, estamos viendo una falta de trabajadores, y lo estamos revisando”, declaró.
¿Cambio de rumbo en la política migratoria?
Trump sorprendió al insinuar que podrían venir ajustes en su estrategia, sin dar detalles concretos, adelantó que su equipo está evaluando “nuevas formas de asegurar el cumplimiento de la ley sin afectar el dinamismo económico del país”.
Esta declaración representa una posible apertura hacia mecanismos de migración controlada o temporal, algo que su administración anterior rechazó tajantemente. Analistas políticos ven en estas declaraciones un intento por equilibrar el discurso electoral con las presiones del sector privado, especialmente en estados agrícolas y manufactureros donde la escasez de trabajadores empieza a sentirse en la productividad.
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Tensiones entre política y economía
El discurso de Trump deja en evidencia el dilema que enfrenta su campaña, sostener una narrativa dura en materia migratoria mientras lidia con las consecuencias económicas de aplicar esa misma política al extremo. Las redadas masivas, aunque populares entre sus bases, han generado preocupación en sectores que dependen históricamente de la mano de obra migrante.
Empresarios en estados como Texas, California y Georgia han expresado su inquietud por el impacto en las cadenas de producción. Algunos incluso han solicitado una pausa o flexibilización en las deportaciones para evitar parálisis laborales.