¿Un billete roto aún vale? Esto dice el Banco de México
Si alguna vez encontraste un billete arrugado, roto o quemado dentro del pantalón que metiste a la lavadora, seguro te preguntaste: ¿esto todavía sirve o ya fue?
La buena noticia es que, según el Banco de México (Banxico), no todo está perdido. Los billetes dañados aún pueden tener valor, siempre y cuando cumplan ciertos requisitos.
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Las buenas noticias, ¿qué tipo de billetes dañados sí aceptan?
Banxico clasifica los billetes dañados en dos grupos:
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Billetes con más del 50% de su superficie originalSi conservas más de la mitad del billete (aunque esté roto, manchado, rayado o parchado con cinta adhesiva), puedes cambiarlo sin problema en cualquier banco. Eso sí, los pedazos deben coincidir y no deben verse alteraciones sospechosas.
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Billetes con menos del 50%Aquí la cosa se complica. Si solo tienes un fragmento menor a la mitad del billete, solo se aceptará si puedes comprobar que el resto fue destruido accidentalmente (por ejemplo, quemado o desintegrado). En estos casos, Banxico recomienda acudir directamente con ellos o a un banco para que evalúen el caso.
¿Qué billetes ya no valen?
Antes de que te emociones y corras a gastar tu billete de ajolotito decapitado, ten en cuenta que no todos los billetes con daños valen.
Si tu billete cuenta con alguna de estas condiciones, lamento decirte que ahora sí, ya no hay más que hacer.
- Billetes con evidencias de alteración intencional.
- Fragmentos sueltos que no coinciden o no tienen continuidad.
- Billetes incompletos que no puedan ser verificados como auténticos.
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Entonces, ¿dónde se pueden cambiar mi billete roto?
Cualquier banco está obligado a recibirlos, sin costo y sin importar que no seas cliente, siempre que el billete cumpla con los requisitos. También puedes llevarlo directamente a las oficinas del Banco de México o enviarlo por paquetería para que lo evalúen (sí, eso es real).
Así que, si tienes un billete dañado, no lo deseches todavía. Revisa bien su estado, junta las partes con cuidado (sin disfrazarlo de Frankenstein con cinta) y acude a un banco. Porque aunque parezca inservible, ese billete aún puede valer lo que dice… o al menos intentarlo.