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TU SEXUALIDAD

JOSÉ CRUZ JÁUREGUI

Vivir una vida realmente humana implica plantearse cuestiones claves: ¿Qué es lo importante para mí?,¿qué sentido tiene lo que hago cada día?, ¿de dónde vengo y a dónde voy?, ¿...y al final qué? Las respuestas a éstas y otras preguntas definen el rumbo de una persona.

Todas las respuestas posibles tienen un común denominador. Decía Pascal que el ser humano está hecho para ser feliz y no puede dejar de serlo. Es decir, todo ser humano persigue, por encima de todo, ser feliz.

Sin embargo, no todo el mundo es feliz. ¿Por qué? Porque no logra identificar en qué consiste la felicidad y cómo se llega a ella. Una de las pistas para alcanzar la felicidad tiene que ver con la sexualidad.

La sexualidad es una dimensión propia de la persona humana, por lo tanto no se puede prescindir de ella.

Por otra parte, muestra la propia experiencia cómo el modo de vivir la sexualidad, influye todo el ser y el actuar. La forma de asumir la sexualidad afecta el cuerpo, las emociones, los sentimientos más íntimos, las relaciones interpersonales, la manera de ver la vida, el mundo, en definitiva, sexualidad y felicidad están íntimamente relacionadas.

La felicidad a que todos aspiramos es completa y para siempre. Visto así parece difícil, tanto que en ocasiones, pensamos que no existe en esta vida.

Pero conforme vamos viviendo descubrimos que la felicidad existe como proceso constructivo.

Vivir la sexualidad de una manera o de otra, posibilita o dificulta la felicidad. Existen maneras de vivir la sexualidad que proporcionan placer y satisfacciones inmediatas, pero que bloquean la felicidad.

Otras, en cambio, suponen esfuerzo y sacrificio, pero hacen posible ese anhelo de felicidad. Vivir bien la sexualidad es un prerrequisito de la felicidad.

La mayoría de las veces el ser humano asume la sexualidad sin haberla pensado, sin realizar una decisión basada en la reflexión.

En efecto, la sociedad lleva al ser humano, de una manera automática, a vivir la sexualidad aprendiendo por imitación los modos sociales. Al dejar la niñez, el ser humano incorpora a su vida la función sexual tal como la percibe a su alrededor.

"Disfruta pero con precaución, haz lo que quieras; evita el embarazo y el Sida".

Es el patrón mental imperante en el medio ambiente. El problema surge cuando los resultados no son los que se esperan: el SIDA sigue progresando y cada vez hay más embarazos juveniles no deseados.

Con un poco más de perspectiva se ve también que la infidelidad matrimonial aumenta y que la estabilidad conyugal se tambalea.

Un mínimo de inteligencia y responsabilidad es lo necesario para plantearse en serio la sexualidad: cada persona debe tomar una decisión personal.

Este es el reto de todos: pensar y decidir por si mismo.

Escrito en: sexualidad, felicidad, humano, cada

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