Durango se ha adelantado a la conservación de los recursos naturales, pero ya existen especies en peligro de extinción por los altos índices de caza y de crecimiento irregular rural o urbano en la entidad, provocado por la mala planeación del crecimiento demográfico, que destruye ecosistemas, lo cual podría agravar el problema en los siguientes años, comentó la directora del Instituto de Ecología, Lucina Hernández García.
En Durango el puma está en peligro de extinción; también ya hay lobos mexicanos en cautiverio en La Michilía, la guacamaya, la tortuga del desierto, la más grande de Norteamérica, entre las más importantes, según comentó la especialista.
Los principales problemas que hay para la conservación de animales son la caza y la fragmentación de los bosques que provoca que los ecosistemas y el hábitat de los animales se destruyan y que, finalmente, sucumban ante la conducta inadecuada del hombre.
Aunque por el momento el problema no es muy grave en algunas especies, sí podría registrarse una crisis. Dentro de los animales de los que se dispone información que se tienen en Durango, se encuentra el jaguar, del que sólo hay datos de que se ha visto en la zona de las cañadas, por el municipio de San Dimas y cerca de Pueblo Nuevo.
El lobo mexicano es criado en cautiverio, pues ya no existe en el bosque, por lo que manifestó que los mexicanos requieren de una cultura ecológica de conservación de especies. El Instituto forma parte del Comité Binacional de Protección del Lobo Mexicano y se tienen algunos lobos en cautiverio que los mantienen en buen estado de salud y se les alimenta. Trasladan algunos lobos de Durango, a otros a Nuevo León, para evitar el cruce entre familias.
La tortuga del desierto es la más grande en Norteamérica, descubierta entre 1970 y 1980, y se crían algunas en el Bolsón de Mapimí. Se concientiza a la gente para que no la cace y no la consuma y pasó a ser una especie en recuperación.
La guacamaya, que anida en el municipio de Pueblo Nuevo, viene del estado de Sinaloa y también está en peligro de extinción, y un reptil que a su vez es cuidado es la lagartija del desierto, que ha visto fragmentado su medio ambiente, el cual está tratando de reacondicionar, ya que vive en las zonas de dunas.
Para las lagartijas ha sido un gran problema soportar la existencia de cuatrimotos que están destruyendo sus hogares, hacia el Bolsón de Mapimí. Fuera de la Biosfera del mismo municipio es donde se está dando la afluencia de turismo, que están deteriorando el hábitat, por lo que podría ser un peligro cuando se haya traspasado la barrera respectiva.