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Guardias de seguridad chilenos en Irak, una espina para gobierno

Reuters

Santiago.- Ex militares chilenos no dejaron pasar la oportunidad de ganar una buena cantidad de dinero como guardias de seguridad privados en Irak y ahora su gobierno, que

se opuso a la guerra, puede afrontar un problema si algunos de ellos son asesinados o hechos rehenes.

Chile, un miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que no apoyó la guerra, evalúa planes de contingencia en caso de que alguno de sus ciudadanos mueran, sean heridos o capturados, han dicho representantes del gobierno.

Sin embargo, el país sudamericano no tiene siquiera presencia consular en Irak.

Pese al esfuerzo del gobierno por mantenerlos fuera de Irak, los veteranos de una de las fuerzas armadas mejor entrenadas de Latinoamérica se unieron a un subcontratista de seguridad de la estadounidense Blackwater Security Consulting, para ganar 3.000 dólares al mes, diez veces más que lo que percibe un guardia privado en Chile.

Cuatro empleados estadounidenses de Blackwater fueron asesinados y mutilados en Falluja en marzo.

"Esto ha sido inesperado. Pero ya que pasó, lo único que podemos hacer es observar y ver cómo se desarrolla esto", dijo a Reuters un representante gubernamental que pidió no ser identificado.

"Es parte de la nueva realidad internacional, la dimensión privada de lo que solían ser guerras libradas por gobiernos", agregó.

Públicamente el gobierno ha dicho que los 120 chilenos que viajaron en febrero y marzo para custodiar durante seis meses a ingenieros estadounidenses en cuatro ciudades iraquíes son libres de firmar contratos privados.

Pero José Miguel Pizarro, un chileno-estadounidense de 35 años formado en las fuerzas armadas de ambos países y que reclutó para Blackwater en Chile, dijo que el gobierno ha intentado detenerlos.

"Esto es 110 por ciento legal. Somos antibalas. Ellos no pueden hacer nada para detenernos", dijo.

Para evitar infringir la ley chilena, que impide la contratación de guardias para trabajos en el extranjero, Pizarro inscribió a su empresa en Uruguay.

La justicia militar investigó las actividades de reclutamiento de Pizarro durante varios meses y pasó el caso a un tribunal penal de Santiago, donde un juez ahora evalúa si el

representante de Blackwater violó alguna ley, dijo recientemente el subsecretario de Guerra, Gabriel Gaspar.

¨Mercenarios o contratistas?

El negocio de la seguridad privada ha prosperado a medida que el ejército estadounidense ha aumentado la contratación de civiles, provocando debates sobre si son en realidad mercenarios y si la muerte de guardias contratados representan víctimas

oficiales.

Chile ha sido gobernado durante 14 años por una coalición de centroizquierda que ha mantenido altas normas de instrucción militar aunque ha reducido el tamaño de las fuerzas armadas, tras las violaciones a los derechos humanos en que se vieron implicadas durante la dictadura de Augusto Pinochet, de 1973 a 1990.

"Para Chile es más que incómodo. Es comprometedor que ciudadanos que sirvieron en nuestras fuerzas armadas estén brindando servicios en Irak", dijo el analista de defensa Raúl Sohr. "Es muy complicado si alguno de ellos es secuestrado, el gobierno de Chile no podrá desentenderse de la situación".

"Son personal con armas de guerra en una situación de conflicto, al servicio de una tendencia determinada a cambio de dinero. Son mercenarios," agregó.

Durante mucho tiempo, los guardias contratados han jugado un papel importante en zonas de conflicto y han apoyado a tropas estadounidenses en Vietnam y en la Guerra del Golfo de 1991, pero el alcance y el peligro del trabajo ha aumentado mucho en Irak.

Al final de la guerra del Golfo la proporción era de aproximadamente un guardia por cada 100 soldados. Ahora es aproximadamente de uno cada diez.

Guardias de seguridad estadounidenses a menudo ganan al menos el doble de lo que consiguen los chilenos, lo que ha sido causa de quejas entre algunos de ellos.

Pizarro dijo que cinco de sus reclutados --que estuvieron muy entusiasmados en el entrenamiento en el centro de Blackwater en Carolina del Norte-- han vivido una pesadilla en Irak y ya vienen de regreso a Chile.

"Ellos no se adaptaron al escenario de la guerra", dijo Pizarro.

Escrito en: gobierno, Blackwater, seguridad, fuerzas

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