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La complejidad del jazz: Cama de gato

Son pocos los privilegiados que valoran la música instrumental.

EFE

La diversidad de la música de Brasil, que refleja la complejidad del propio pueblo, llega a los escenarios ecuatorianos de la mano de Cama de gato.

Agrupación de jazz instrumental que invita a viajes imaginarios a través del ritmo y que participa en el Festival Internacional de Jazz en Quito.

AMOR POR SU ARTE

Con seis discos en su haber, 100,000 copias vendidas y un DVD en camino, la agrupación formada en 1985 sigue viva con cambio de músicos y cambio de enfoques, pero con el mismo amor por su arte.

Mauro Senise (Flauta y saxofón), Pascoal Meirelles (batería), Jota Moraes (piano y teclados), André Neiva (bajo eléctrico) y Mingo Araujo (percusión) integran el grupo, que tuvo en un inicio una alta influencia de la música fusión americana, aunque ahora se ha centrado en el jazz instrumental.

En 1990 salieron dos músicos y entraron otros tres que trajeron una huella mucho más marcada de la música brasileña.

Sencillos y de verbo fácil, los músicos tienen claro que el género que practican no resulta fácil de comprender.

"La diferencia entre un guitarrista de rock y uno de jazz, es que el de rock toca tres acordes para 3,000 personas y el de jazz 3,000 acordes para tres personas", bromeó en una entrevista, para quien la gente está más acostumbrada a escuchar música con cantantes.

La música instrumental es como "cerrar los ojos y hacer un viaje", explicó el bajista.

Por su parte, Moraes afirmó que "la música cantada siempre tiene un mensaje de amor sufrido o feliz y las personas se identifican más con ese tipo de música. La música instrumental es para pocas personas, privilegiadas".

Neiva cree que la música brasileña deja huella en el mundo por su diversidad, algo con lo que concuerda Araujo, quien asegura que de un estado a otro en Brasil todo cambia: modo de hablar, vestir, comportamiento ante la música y la acústica.

Cama de gato cree que pese a las influencias externas, la música brasileña tiene su propia personalidad, que se plasma en unas notas con su propio "acento", aunque las partituras sean las mismas.

El espectáculo que ofrece Cama de gato no se limita a lo musical. En el escenario, Araujo, al mando de la percusión, es el eje que conecta al público con los músicos, aunque todos hacen lo suyo para involucrarse con los espectadores y atraparlos en su ritmo, a su ritmo.

Ese momento de tocar es "sagrado" para Senise, aunque Meirelles reconoce que la interacción entre intérprete y público "es algo que en la música instrumental no pasa mucho".

Escrito en: música, instrumental, gato, Cama

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