Para los versados en la lectura del rostro, los rasgos faciales son determinantes para conocer a una persona.
Existen tres segmentos de la cara que nos ayudan a saber cómo somos y dependiendo de cuál predomina es la información que nos aporta.
El primero va del nacimiento del pelo a las cejas, lo que habla de personas tradicionales, analíticas, capaces de resolver problemas numéricos o estadísticos.
La segunda porción va de las cejas a la punta de la nariz; si esta porción es más prominente es una personalidad práctica, proclive al ahorro y a la administración.
La tercera fracción de la cara va de la nariz al mentón. Si esta sección es muy grande, (por ejemplo, la boca) los individuos son muy emocionales o sensoriales, con capacidad para convencer a otros y trabajar en equipo.
Grandes: son personas observadoras, meticulosas y de naturaleza positiva.
Muy grandes: con tendencia a exaltar el espíritu y temerosos.
Cerrados: Personas incapaces de mostrarse tal cual son.
Robadillo del ojo hacía arriba: individuos alegres.
Robadillo del ojo hacía abajo: individuos tristes.
Hundidos: indican disminución de vitalidad.
BOCA
Línea de la boca: si está bien dibujada es indicio de equilibrio
Comisuras hacía abajo: Indican amargura y tristeza
Comisuras elevadas: alegría, picardía y cuando es un poco salida indica mal humor.
Labios grandes: persona muy comunicativa
TIPO DE CARA
Redonda: son personas que pueden trabajar en el servicio al cliente, son fáciles de seguir una rutina diaria.
Angulosa: Individuos que se aburren, trabajan mejor por proyecto.
Cara ancha: Son personas aguantadoras y fuertes.