En Japón, antes de contratar a alguien revisan su tipo de sangre y su compatibilidad con el puesto, ¿por qué? Resulta que la sangre influye en tus cualidades, propensión a enfermedades y ¡hasta la dieta ideal!
Éstas son las características de cada tipo basadas en el Estudio del temperamento a través del tipo sanguíneo de Carl Jung y el libro La clave está en la sangre de Neil Stevens. ¿Te identificas?
SANGRE TIPO O
Tranquilo, paciente, controla sus emociones, con fuerte voluntad y gran confianza en sí mismo a pesar de su aspecto calmado. Extrovertidos, fuertes, expresivos. Siempre decididos a lograr sus propósitos.
Compatibilidad: Son donantes universales. Se llevan mejor con personas del tipo O, pero también son compatibles con los demás tipos de sangre.
SANGRE TIPO A Reservados, de ademanes suaves, constantemente preocupados, indecisos, cautelosos, más dados al auto-sacrificio que a la lucha. Son introvertidos, reprimidos, perfeccionistas, siguen las normas y costumbres. No confían fácilmente en los demás. Prefieren las relaciones humanas pacíficas. Astutos y hábiles. Reprimen su ansiedad para congeniar con los demás. Pueden llegar a acumular mucha tensión pero cuando estallan, ¡cuidado!
Compatibilidad: Pueden recibir sangre del tipo A y O. Por eso son más compatibles primero con A y luego con O, pero no suelen llevarse bien con el tipo B.
SANGRE B
Amables, independientes, alegres, habladores, sensibles, sociales, generosos y atentos con los demás. Libres pensadores, poco preocupados por las costumbres sociales y el qué dirán, independientes y carentes de ambición. Aman la libertad.
Compatibilidad: Pueden recibir sangre del tipo B y O. Por eso son más compatibles primero con B y luego con O, pero no suelen llevarse bien con el tipo A.
SANGRE AB
Características: Posee externamente las cualidades del tipo B, pero en su interior, las del tipo A. Críticos, buenos analistas, tienen el pensamiento racional muy desarrollado, y son pasivos y distantes. Son espirituales, brillantes y carismáticos; atractivos y populares.
Sus orígenes: Surgieron apenas hace dos mil años por causas desconocidas. Algunas teorías apuntan a que logran el equilibrio para poder sobrevivir a los nuevos desafíos.
Compatibilidad: Son receptores universales. Se llevan mejor con el tipo AB, pero son también se llevan bien con los demás.