¡Alto, no pegues! piden los niños

Aunque no es parte del programa de estudios, la comunidad escolar del kinder "Francisco de Goya" del fraccionamiento Guadalupe, trabaja en proyectos a través de los cuales se ha sembrado la semilla de la prevención del bullying y el cuidado del medio ambiente.

Y es que con distintas actividades se ha motivado a los pequeños a ser agentes de cambio, no sólo al interior de su escuela, sino también en sus casas y en su propia comunidad, a través del exhorto a las personas a que "no peguen" y no dañen el medio ambiente.

Desde pequeños, Valeria, Ángel, Camila, Efraín y todos los demás "agentes" han aprendido a separar la basura y a evitar que sus compañeros les peguen a los demás.

María del Carmen Lomelí Jáuregui, encargada del diseño de los proyectos reconoció que estos programas no son parte del plan de estudios pero, con un esfuerzo adicional de la comunidad escolar, se llevan a cabo varias actividades.

"Mano roja", explicó la exsubdirectora de Educación Municipal, es la reflexión de un cuento en el que se ilustra cómo se pelean los niños entre sí y, al final, los adultos son los que terminan agrandando los problemas.

"Mano roja" significa alto a la violencia y sí a la paz, principios contenidos en la iniciativa internacional "Carta a la tierra" que se retomó en esta institución para influir en la infancia.

Al ser invitados al proyecto, los pequeños empezaron a propiciar cambios en su escuela al pedir a sus compañeros que no lastimen a los demás, así como marcar en una libreta a los que tienen mejor comportamiento, quienes pueden participar en la rifa de regalos.

Después, los menores que pegaban con más frecuencia, empezaron a interesarse por ser parte de esta actividad y se redujo considerablemente la incidencia de violencia entre pequeños.

A través de juegos, se logró involucrar a los niños más violentos para que también supervisen que otros pequeños no peguen y se comprometen a predicar con el ejemplo.

En el jardín de niños "Francisco de Goya" que se encuentra en la avenida Las Américas del fraccionamiento Guadalupe se llevan a cabo estos proyectos sin apoyo gubernamental, se supone que debe haber algún incentivo para el desarrollo de los proyectos, pero no se les ha dado nada.

"Yo he tratado de que en la Secretaría de Educación se haga el departamento de educación ambiental para trabajar en educación básica, pero nos quedamos nada más en proyecto", compartió la maestra.

Pese a ello, trabaja en la coordinación del proyecto en su propia escuela para sembrar la semilla de la concientización entre los más pequeños y ha obtenido resultados tangibles. Esta es una de las 10 escuelas adherida a la UNESCO de Durango, entre primarias, secundarias y jardines de niños.

A raíz de las actividades que se han emprendido, también los padres de familia reconocieron que han notado cambios en sus hijos que "los traen a gorro" con la separación de la basura, el cuidado del agua y la generación de entornos de paz.

De esta forma, pequeños de tres a cinco años transmiten a otras personas la importancia de vivir en armonía y respetando la naturaleza, a los seres humanos, a los animales y a las plantas.

Impacto entre la sociedad

A través de una sencilla encomienda, los niños no sólo cambiaron su forma de actuar en temas como la violencia escolar y el cuidado del medio ambiente, sino que también lograron involucrar a los adultos en distintas actividades.

Tal es el caso de la campaña de limpieza que se llevó a cabo en el fraccionamiento y que ya se acordó realizar cada año.

Ahora toca el turno a los adultos y a las autoridades para que respondan a esta inquietud que tienen los niños para proteger la tierra, que es su hogar, y a los seres vivos: humanos, animales y plantas.

Y es que, los pequeños deben cumplir con varias "misiones" pero será difícil si no son apoyados por sus padres o si ven un comportamiento distinto al que se les está inculcando por parte de las autoridades y la sociedad en general.

Por ello, es necesario que este tipo de proyectos tengan mayor cobertura.